Cuando un lugar necesita de una inversión muchas veces aparece un mecenas que se la otorga mejorando así el arte de la zona.
En plena sierra de Tramuntana y ubicado en la localidad mallorquina de Deià se levanta una magnífica possessió, que si bien sus orígenes se remontan al siglo XV, que vivió su mayor esplendor en el siglo XIX, Son Marroig.
El origen de este lugar comienza en el siglo XV en una casa ubicada en unas tierras llenas de ganado y campos de cultivo perteneciente a los Masroig de Sóller, por lo que era conocida como Foradada dels Masroig (nombre que cambiaría en el siglo XVIII a Son Masroig de Sa Foradada). En manos de esta familia la casa fue cambiando para irse adaptando a las necesidades de la época, como la construcción de un torreón de defensa del siglo XV, pero sin duda el gran cambio llegó en 1863 cuando toma posesión de ella el Archiduque Luis Salvador de Austria quien la renueva por completo para convertirla en un auténtico palacio. Además le da una nueva vida a los jardines y construye la parte más famosa del la casa, el mirador del templo de mármol de carrara. Pero como siempre pasa el tiempo no perdona y el archiduque muere en 1915 legando la posesión a su secretario, Antoni Vives Colom, quien decide abrir en 1922 un museo en ella para homenajear a Luis Salvador.
Lo que ahora se ve es una casa en cuya fachada hay una entrada que da acceso al hall donde se sitúa un arco apuntado que nos permite entrar a la planta baja donde comienza lo más importante de aquí, la Casa Museo de Son Marroig. Lo primero que se ve es un piso rectangular con vigas de madera vista donde se hallan varias estancias, entre ellas la capilla. Desde aquí una escalera sube hasta el torreón cuadrado del siglo XV creado para la defensa contra los piratas, de hecho una leyenda cuenta que en ella estaba la última mujer secuestrada por ellos en Mallorca, pero que en tiempos del archiduque se convirtió en habitación. De aquí, a través de un portal barroco, se llega a la sala principal rectangular donde se encuentra toda la colección museográfica que narra la vida de Luis y toda su contribución a la isla.
Por último queda la terraza de cinco arcos con columnas toscanas y la balaustrada que permite una gran vista del Mediterráneo y desde la que se baja a los jardines y el mirador de mármol levantado sobre una base circular con cuatro peldaños, ocho columnas jónicas y entablamento con ornamentos florales.
Actualmente es sede del Festival Internacional de Música de Deià y gracias a su importancia arquitectónica, histórica y paisajística es Bien de Interés Cultural en la Categoría de Lugar Histórico.
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