sábado, 23 de octubre de 2021

El convento-cuartel francés

   La religión siempre ha estado ligada a España y gracias a ello conservamos un gran patrimonio digno de admirar.

  Viajes por donde viajes de España siempre se encuentra algún templo católico debido a lo arraigada que estuvo la religión durante siglos y un ejemplo de ello es el Convento de San Agustín ubicado en la guipuzcoana localidad de Hernani.

  Para conocer el origen de este convento debemos retroceder al siglo XIII cuando en la localidad se levanta la iglesia parroquial de San Juan Bautista, románica con transición al gótico, para servir como lugar de culto para los hernaniarras y así continuo hasta 1526 cuando, a expensas de Juan Martinez de Ereñozu, se decide levantar el resto del cenobio en torno a ella conservando su fachada.

  Lo que ahora se observa es un convento de dos cuerpos irregulares construido al rededor de un claustro y en el que se diferencian varios edificios. El más antiguo de todos es la iglesia del XIII la cual está construida en sillería de piedra caliza y cubierta de cuatro faldones. Además posee una portada románica decorada con arquivoltas cuadradas sencillas flanqueadas por pilastras levantadas en sillería de piedra arenisca.

  El siguiente edificio corresponde al cenobio propiamente dicho el cual se levanta con planta rectangular y dos niveles en torno a un claustro del que parten todas las dependencias de las monjas, en la primera planta están los locutorios, salas y refectorio y en la segunda las celdas. Este edificio es carente de decoración exterior mientras que en el claustro hay arcosolio abierto sobre el muro de la Iglesia, con arco de medio punto sobre pilastras decoradas con molduras rehundidas.

  Todo el conjunto se completa con un edificio de dos pisos que sirve como hospedería, una granja donde hay almacenes, lavandería, baños y celdas y por último la casa rectoral con planta baja y dos altas de viviendas.

  En cuanto a su historia la vida de este lugar siempre fue placida hasta que en 1808 las tropas francesas decidieron acuartelarse en él lo que le provocó grandes daños haciendo obligatoria su reconstrucción en 1825. Actualmente está ocupado por las Canonigas Regulares Lateranenses y tiene la catalogación de Monumento Histórico-Artístico de interés Provincial.



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