Castillos por doquier encontramos en España y muchos de ellos con leyendas sobre fantasmas que aún colean.
En España hay multitud de lugares de los cuales se cuentan historias de encantamientos o que en ellos habitan fantasmas por sucesos ocurridos en el pasado y uno de estos ejemplos lo encontramos en el castillo de Santa Catalina de Jaén donde se dice que un espíritu lo sigue morando.
La historia de esta fortaleza comienza cuando en la Edad de Bronce hubo pequeños grupos poblacionales que se establecieron en el cerro de Santa Catalina aunque las primeros restos defensivos ya serían de época íbera ya que estos levantaron un oppidum. Algo que posteriormente el general cartaginés Anibal ampliaría creando una auténtica fortaleza que protegiera la colonia que había fundado. Siglos después (VIII y IX) este lugar fue remodelado por los musulmanes para crear una pequeña alcazaba que en el siglo X fue sustituida por una gran fortaleza, lo que se conoce como Alcázar Viejo del que aún quedan vestigios.
Cuando la ciudad de Jayyān es conquistada por el rey de Castilla Fernando III, el Santo, al rey Al-Ahmar en 1246 ordena levantar al lado del anterior un nuevo recinto conocido como Alcázar Nuevo, cuyas obras fueron continuadas por Alfonso X y Fernando IV. De esta manera en la ladera ya había tres recintos; Alcázar Nuevo o Castillo de Santa Catalina, Alcázar Viejo y castillo de Abrehuí.
Llegando el siglo XV el Condestable de Castilla Miguel Lucas de Iranzo decide unificar los tres recintos para que sirvieran como su vivienda, es aquí cuando surge un nuevo edificio. Lo que se observa es un edificio cimentado sobre la roca rodeado por una muralla de mampostería menuda, sillar o sillarejo en los ángulos, y ladrillo o dovelas de cantería en los arcos, en cuyo interior alberga seis torres.
La torre del homenaje, la cual servía como último refugio en caso de asedio, es de planta cuadrada con tres niveles cubiertos con bóvedas de ladrillo y esta llena de saeteras defensivas y matacanes, Además sirvió como residencia para Miguel Lucas de Iranzo y su mujer Teresa de Torres.
La Torre de las Damas, residencia para la guarnición, está cubierta por una bóveda de ladrillo y actualmente acoge de los restos del recinto islámico.
Las dos Torres Albarranas tenían una función puramente defensiva pero con el tiempo una de ellas, para celebrar la boda de la hermana del Condestable Iranzo, se convirtió en la capilla Santa Catalina de Alejandría (copatrona de Jaén). Por último la Torre de la Vela acogía la función de atalaya y la Torre de las Troneras eran las letrinas.
La vida de este castillo fue placida hasta que entre 1810 y 1812 las tropas napoleónicas lo convirtieron en la mayor base francesa del Alto Guadalquivir modificando gran parte de su interior, pero tras su retirada volaron varias edificaciones. Por ello se hizo obligatoria su reconstrucción y a partir de la segunda mitad del siglo XX fue convertido en parador de turismo y recinto museístico.
Pero, quizá, lo más interesante de este lugar son las historias de fantasmas que relatan los inquilinos del parador, sobre todo de la habitación 22. Muchos de los visitantes cuentan que en ella se siente la una presencia que llora ala que se le unen fallos eléctricos, brusca bajada de temperatura, y cajones o puertas que se abren y cierran solas.
Otro de los sucesos ocurrió en 1960 durante las obras de lo que ahora es la cafetería y es que hubo gente que vieron la figura de una mujer vestida de musulmana. En 1980 un hombre decidió abandonar la habitación 22 tras oír que alguien tocaba a la puerta y sentir ruidos. Además ha habido quejas de mover muebles, gritar y llorar sobre techos donde no había nada y ruidos en los pasillos.
Lo que más se observa es la imagen de una mujer árabe que se pasea por la torre y de la que hay dos teorías. Una dice que era la amante del condestable, una mujer de la que murmuraban que regía la gobernanza, por ello un día que se quedó sola varios hombres la quemaron viva estando embarazada. Otra cuenta que en la fortaleza vivía el gobernador Omar con su mujer Zoraida. Pues bien una noche Omar salió a resolver unos asuntos pero pasado un tiempo no regresaba así que Zoraida salió a buscarle pero lo que encontró fue su cuerpo apuñalado. Desesperada fue a abrazarle y cuando los soldados fueron a separarla descubrieron que había muerto y que de sus lagrimas surgió la fuente de Caño Quebrado. Desde entonces se dice que durante las noches de febrero sus fantasmas regresan a su hogar. Por último se cuenta que por los salones se pasea "Terrible Lagarto", un prisionero que murió de hambre, y que se sienta a la mesa o posee cuerpos.
Sea como fuere este parador, nombrado uno de los mejores castillos de Europa, hará la delicia de todo aquel que quiera conocer su historia o que desee vivir una experiencia paranormal.
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