lunes, 11 de octubre de 2021

El museo de los trabajos pasados

   En muchos lugares encontramos edificios que a simple vista no nos llaman la atención pero que en su interior guardan un gran secreto.

  En la madrileña localidad de San Sebastián de los Reyes se ubica un edificio que a simple vista no llama la atención a quien pasea por sus alrededores ya que la importancia de este lugar radica en lo que guarda en su interior, el Museo Etnográfico El Caserón.

  La historia de este lugar comienza en siglo XVII cuando se levanta una casa constituida por dos cuerpos, uno para servir como mesón (propiedad del Ayuntamiento) y el otro para actividades de labranza. Por ello lo que se observa es un edificio rectangular de dos plantas, sótano y buhardilla cuya fachada no ostenta decoración alguna más allá de las ventanas, un balcón y el tejado de tejas.

  Unos 200 años después una familia decidió instalarse en ella y crear un auténtica casa solariega para pasar sus tiempos de ocio por lo que unificaron ambas construcciones y colocaron las estancias de los dueños y el servicio además del granero, la boyera y los trasteros flanqueando el patio mientras que otro más pequeño lo utilizaron como cuadra. Así funcionó hasta el estallido de la Guerra Civil cuando fue ocupado por tropas republicanas y tras le contienda fue cedida a la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

  Llegando ya a 1982 en la localidad se funda la Universidad Popular José Hierro por ello deciden recuperar el edificio para colocar en él el Centro de Estudios Tradicionales, un departamento de dicha universidad cuya función era la de recuperar vestimentas, tradiciones o herramientas como una verdadera investigación etnográfica que evitara su olvido. De esta manera obtuvieron inventario cada vez más grande que necesitaba un lugar para guardarlo. De esta manera surge la idea de crear un museo y le encarga al arquitecto José María Pérez, Peridis, que adapte el edificio. El nuevo museo se inauguró el 26 de agosto de 2005 ocupando la antigua casa de labranza (el mesón tiene oficinas consistoriales) y en él alberga unas 3700 piezas distribuidas en todos sus pisos. En el sótano se hallan las bodegas y la colección de cerámica. En la planta baja está la entrada y el directorio (fotos, vestimentas, objetos religiosos y biblioteca). En la primera planta hay instrumentos musicales y herramientas de trabajo artesanal. Y por último en la buhardilla hay documentación gráfica.

  Gracias a todo este el museo es uno de los mejores lugares para conocer como eran la vida y costumbres de la localidad en tiempos pasados.



No hay comentarios:

Publicar un comentario