Los nobles siempre han querido tener castillos que demostraran su pode y gracias a ello conservamos un gran patrimonio.
En España hay un gran patrimonio que ha llegado hasta nuestros días en un gran estado pero lamentablemente hay otro en el cual solo encontramos una serie de ruinas como pasa con el Palacio de los Gurrea ubicado en la oscense localidad de Argavieso.
La historia de este castillo comienza en época musulmana y se sabe que para el siglo XI tanto la localidad como la fortaleza pasaron a manos cristianas tras la conquista de Huesca y para 1097 su poseedor era Fortún Garcés del Valle. A partir de aquí el castillo va sufriendo una serie de transformaciones debido a los distintos dueños que tuvo, entre ellos los agustinos del castillo de Montearagón y la Orden del Hospital. Llegando el siglo XV el rey Alfonso V de Aragón cede la jurisdicción de Argavieso a Lope Jiménez de Urrea quien realiza una profunda reconstrucción cuyos restos son los que ahora se conservan.
Lo que aquí se observa es un castillo-fortaleza, levantado sobre un promontorio para poder divisar todo el territorio, construido en sillería con planta rectangular cuyos flancos miran al oeste del chaflán. En la fachada este es donde se encuentra la puerta de arco ligeramente apuntado con grandes dovelas en cuya clave hay un blasón con dos lobos, símbolo de los Gurrea, flanqueada por dos torreones (uno ahora está convertido en viviendas y el otro conserva bodegas cubiertas con bóveda de cañón en su sótano). Desde aquí se accede a un largo pasillo que llega hasta un zaguán al aire libre el cuyo sur hay una puerta adintelada entre columnas estriadas encargada por Juan de Gurrea en 1550. Por último una escalera sube hasta la primera planta y otra a la sala de servicio donde hay un horno.
En manos de los Gurrea estuvo hasta mediados del siglo XV cuando tras un matrimonio pasa a propiedad de la familia Moncayo, señores y marqueses de Coscojuela de Fantova, cuyo último propietario fue el conde Ceferino y Peñamora. Él fue quien en 1934 vendió la propiedad por trozos a gente que construyó allí viviendas. Esto es lo que hizo que esté en bastante mal estado y que esté incluido en la Lista roja de Patrimonio español en peligro. Aún así está declarado monumento histórico.
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