Roma estuvo varios siglos en Hispania, una época en la que creó varias ciudades en las que alojar a sus habitantes, como en Cantabria donde fundó nueve siendo la más importante Julióbriga ubicada en la localidad de Retortillo, perteneciente al municipio de Campoo de Enmedio.
El origen de esta ciudad se sitúa entre los años 15-13 a.C. cuando fue fundada por la Legio IV Macedonica al final de las guerras cántabras (29-19 a. C.) seguramente sobre un castro preexistente, y como nombre se escogió el de Iuliobriga en honor al padre adoptivo del emperador Octavio Augusto, Gaius Iulius Caesar (Julio Cesar). El lugar elegido fue el que más densidad de población cántabra, por tanto en el que más tensión hubo durante la guerra, y abarcaría una zona entre el valle del río Besaya, los territorios adyacentes y parte de la costa. Poco a poco la ciudad, de marcado carácter civil, fue creciendo protegida por la Legio que se situó en Pisoraca (Herrera de Pisuerga. Palencia) hasta el año 40.
A finales del siglo I Vespasiano decide ampliar la ciudad lo que hace que a finales del siglo I alcance su apogeo (el escritor Cayo Plinio Secundo, Plinio el Viejo, dejó escrito que la ciudad era la más importante de la Cantabria Romana) y un gran estatus que mantuvo durante el siglo II ya que de ella salieron varios ciudadanos que ocuparon grandes cargos en la administración tarraconense y partía una calzada que unía Pisoraca (Herrera de Pisuerga), Portus Blendium (Suances) y Portus Victoriae Iuliobrigensium (Santander).
El siglo III, en cambio, marcó su declive ya que fue abandonada salvo una pequeña población que perduró hasta el siglo IV. Aquí empieza otra vida para los terrenos donde se ubicaba la ciudad ya que durante la Edad Media su centro fue utilizado como cementerio para una aldea que rodeaba una iglesia románica levantada sobre el foro, esta iglesia fue sustituida en el siglo XII por Santa María de Retortillo. El resto del terreno se entregó en 1057 a la entonces abadía de Santa Juliana (ahora colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar). De esta manera la ciudad desaparece por completo hasta el siglo XVIII cuando el padre Flórez identifica las ruinas como restos de la ciudad.
La excavaciones llevadas a cabo desde entonces han revelado a finales del siglo I llegó a su máximo esplendor y que sus casas estaban realizadas con zócalos pétreos de mampostería tomada con barro en mezclada con sillería de arenisca, muros de adobe, tapial y madera y techos de teja. En las casas ricas además han aparecido estucos. También se ve una calle porticada tras el foro flanqueada por pilastras cuadradas.
Se han encontrado, además, mansiones con patio peristilo, el foro, la Casa de los Morillos, Casa de los mosaicos y la Tabernae (un edificio parecido a un insulae o bloque de viviendas).
En las excavaciones dieron también con muchísimos objetos utilizados por sus habitantes y que se exhibían en el Museo Arqueológico de Santander hasta que en 2003 se inauguró el museo Domus Romana.
Debido a la gran importancia histórica del yacimiento de la ciudad romana de Juliobriga el lugar está musealizado y está catalogado como Bien de Interés Cultural.
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