martes, 16 de noviembre de 2021

La casa-mina

   El legado andalusí español es muy grande y gracias a ello encontramos un gran patrimonio que engrandece de cultura.

  España estuvo mucho tiempo bajos manos musulmanas que nos legó un gran patrimonio que aún conservamos y uno de los mejores ejemplos lo encontramos en la malagueña localidad de Ronda donde se halla la Casa del Rey Moro cuya historia nos traslada hasta Al-Andalus.

  Los inicios de este lugar están datados en el siglo XIV, en tiempos del rey Abomelic, hijo del sultán de Fez y perteneciente de la dinastía meriní. En esa época este clan ocupaba varias ciudades cercanas a la frontera occidental del Reino de Granada y a cambio ofrecían sus tropas para apoyar a los nazaríes contra ataques cristianos. Ronda era un lugar clave para ello, por eso se hace necesaria su fortificación y ene se plan se incluía una mina que facilitaba extraer el agua del río Guadalevín con una noria accionada por esclavos cristianos. El caso es que en 1485 las tropas castellanas del Marqués de Cádiz llegaron a Ronda y sabiendo que la única fuente de agua de la ciudad era esta mina la atacaron para inutilizar la noria, de esta manera la ciudad cayó en pocos días. Tras ello la mina quedó abandonada.

  Pues bien, es sobre esa mina donde en el siglo XVIII se levantó la casa neomudéjar que junto a la mina y el jardín crean un gran conjunto de tres partes.

  La parte más antigua es la mina del siglo XIV construida para el abastecimiento de la población. En ella se observa una gran obra hidráulica construida aprovechando una grieta en el llamado Tajo de Ronda la cual profundizaron hasta llegar al agua. Después le pusieron escalones y crearon galerías descendientes cubiertas con bóvedas. De manera descendente lo primero que se halla es una galería estrecha conocida como la Sala de la Noria donde se ubicaba la gran noria. Un lugar donde los animales tenían imposible el acceso y por bajaban esclavos.

Más abajo se llegaba a una torre que servía de fortificación en cuyo interior se ubicó la Sala de Armas y en nivel inferior hay un pozo conocido desde el siglo XVIII como la Sala de los Secretos ya que su cúpula hace un efecto sonoro que multiplica cualquier sonido. Todo se completa con una pequeña puerta que servía como vía de escape.

  La siguiente construcción es la casa del siglo XVIII la cual es en realidad un conjunto de varias viviendas. La primera es una casa típica andaluza cuyas habitaciones se distribuían en torno a un patio central. Ya en 1767 Jacinto Salvatierra la decoró de manera noble. Pero no fue hasta 1911 cuando su nueva propietaria, Trinidad von Scholtz Hermensdorff, la reforma por completo en estilo neomudéjar. Además derribo algunas casa aledaña y le añadió el jardín. Para este último contó con el paisajista Jean Claude Nicolas Forestier quien lo diseñó con estilo hispanomusulmán. Para ello mezcló frutales con plantas aromáticas ordenadas en parterres geométricos. Además adaptó todo el pequeño espacio que tenía a través de terrazas unidas por escalera. Por último puso una fuente en la terraza superior que echa sus aguas a un canal que llega, tras recorrer todo el jardín, a un estanque en la terraza inferior, muy al estilo del jardín-huerto musulmán.

  Todo esto hace que esta joya de la arquitectura nos permita hacer un recorrido por la historia de Ronda, desde su época andalusí hasta tiempos más modernos. Además. su mina de agua es la mejor conservada de Andalucía. Por ello todo el complejo se ha ganado ser declarado Bien de Interés Cultural.



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