sábado, 11 de diciembre de 2021

El teatro del terrible asesinato de Almería

    La cultura de una ciudad se mide por la cantidad de edificios que se dedican a ella y algunos de los más importantes son los teatros.

  Las ciudades suelen construir grandes lugares donde la cultura es su única función y de esta manera podemos encontrar museos, galerías o teatros. De estos últimos hay multitud de ejemplos como el almeriense teatro Cervantes y Círculo Mercantil e Industrial. 

  Los inicios de este lugar comienzan en 1886 cuando se decide levantar en la ciudad un nuevo teatro para albergar actividades culturales y recreativas que hacía tiempo que los almerienses reclamaban y para ello se contó con el arquitecto Enrique López Rull quien 1898 diseña un edificio ecléctico cuyas obras continúan hasta 1921.

  El resultado fue un espectacular edificio exento rectangular cuya fachada principal se colocó en el Paseo de Almería. En ella es donde se hallan la mayoría de las ornamentaciones ya que aquí se ve un cuerpo saliente de tres niveles y cinco vanos ricamente decorado con pilastras, balcones con dentellones, balaustradas, frontones curvilíneos, símbolos teatrales en relieve, mascarones, el busto de Cervantes en un tondo y farolas con girasoles que le aportan un toque modernista. En cambio las fachadas laterales son más sobrias a l solo poseer vanos adintelados y cornisas.

  Desde aquí se accede a un interior (compartido con el Círculo Mercantil) en el que se halla un hall lujosamente decorado por un zócalo de azulejos, puertas ricamente talladas, pilastras, entablamentos y artesonados. Desde aquí se llega a un salón dividido por tres columnas jónicas y en el que destacan las pinturas del techo donde se representa a la música, la danza y bodegones de flores ubicados entre las cariátides de las puertas. 

  Pero lo más importante es el escenario, el cual sigue las líneas de los Teatros Italianos al ser en forma de herradura, organizado con tres niveles de palcos ornamentados por escayola dorada y rematados por un gran rosetón en el techo.

  Pero aparte de toda su belleza este lugar guarda la tétrica historia de un asesinato ocurrido durante una función.

  Corría el año 1922 cuando la actriz Conchita Robles acababa de separarse de su marido, el capitán de caballería Carlos Berdugo. Carlos siempre fue un hombre violento y como ella lo conocía bien pidió a la seguridad del teatro donde estaba representando "Santa Isabel de Ceres" que impidieran la entrada de su exmarido por miedo a que ocurriera algo. Pero este fue más listo que los guardias y consiguió colarse por la puerta de entrada a los actores. Una vez dentro buscó a Conchita y en cuanto la vio le apuntó con un arma. Asustada se puso detrás de Manuel Aguilar, un aprendiz de imprenta de 16 años, creyendo que así se detendría pero no lo hizo. Primero le disparo a él, luego a ella y por último intentó suicidarse pero no lo consiguió (se sabe que hasta 1936 estuvo preso en el penal de las islas Chafarinas, después se pierde su pista). Conchita finalmente murió, con apenas 35 años, sobre el escenario minutos después y Manuel a las horas en el Hospital Provincial. Desde entonces se cuenta que en el teatro ocurren sucesos extraños creados por los fantasmas de Manuel Aguilar y de Conchita Robles.

  A pesar de este terrible asesinato el teatro ha sido desde su nacimiento el referente de la cultura almeriense y un lugar con una gran belleza por lo que está catalogado como Bien de Interés Cultural.



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