martes, 18 de enero de 2022

La iglesia de las tres desgracias

   Iglesias por doquier existen en España, unas construcciones que crean un gran conjunto patrimonial que podemos disfrutar.

  Con el gran pasado religioso que tiene España es lógico que haya multitud de edificios destinados al culto y un ejemplo está en la conquense localidad de Tarancón donde se ubica la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

  La historia de este lugar comienza en siglo XV cuando se levanta para sustituir a una antigua que dataría del siglo XII y sería de estilo románico o protogótico. Esta nueva iglesia era de planta rectangular con una sola nave cubierta con bóveda de crucería y capillas laterales pero con el tiempo este templo se quedó pequeño y a finales del siglo XVI se decide su ampliación lo que supone una gran transformación ya que se convierte en una iglesia de estilo herreriano con planta en cruz latina de tres naves cuyo exterior fue proyectado por Pedro de Solórzano. Aunque este no sería su único cambio ya que en el siglo XVIII se le añade un coro alto y la torre. 

  Pero sin duda su mayor alteración se produce en los siglos XIX y XX y se deben a tres infortunios que sufrió: en 1891 se hunde un arco toral que hace obligatorio el desmonte de la bóveda gótica; en 1936, poco después del inicio de la Guerra Civil, se incendia el archivo parroquial, el ajuar litúrgico y parte del mobiliario; y, por último, en 1949 un polvorín militar cercano estalla provocando graves daños en su fábrica.

  Por ello lo que se ve ahora es un exterior, al que se accede a través del Arco de la Malena (único resto en pie de la barbacana medieval), en cuyos lienzos se abren tres portadas; la Principal reconstruida en 1949 sobre los restos de la gótica y ornamentada por una hornacina con la imagen de la Asunción de la Virgen, obra de Fausto Culebras; la Puerta del Cierzo de estilo herreriano y organizada por cuatro columnas jónicas que sujetan un arquitrabe con cornisa y un frontón triangular achatado; y la Puerta del Sol, la más sobria de todas ya que solo posee un arco de medio punto flanqueado por pilastras lisas con frontón superior. Todo se completa con una torre del siglo XVIII rematada en el XIX por Luis de Arteaga y conocida como la giralda manchega.

  Desde aquí se pasa a un interior el cual consta de tres naves dividida en cuatro tramos estando la central cubierta por una bóveda de cañón rebajada, arcos formeros con fajones, lunetos y una cornisa corrida, mientras que las laterales tienen bóvedas de arista.

  Todo se completa con varias capillas ricamente decoradas con retablos de varias épocas debido al incendio que en ella hubo, el coro y la sacristía.

  Actualmente la iglesia presenta un gran aspecto ya que aparte de las reconstrucciones fue restaurada entre 1992 y 1993 y gracias a toda su historia desde 2002 está declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional.



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