La iglesia de los reyes en Trujillo

   Iglesia y arte siempre han ido de la mano como se demuestra en la multitud de templos que pueblan España.

  Trujillo es una ciudad cacereña en la que podemos encontrar multitud de edificios que transportan al pasado medieval de la localidad y uno de ello es la iglesia de San Martín cuya historia nos traslada a la Baja Edad Media.

  El origen de este templo comienza en el siglo XIV cuando se derriba una pequeña iglesia construida en la antigua plaza del mercado y se levanta una nueva de mayor tamaño bajo la advocación de San Martín de Tours. En un principio este edificio iba ser de estilo gótico pero por diversos avatares su construcción se demora más de un siglo ya que concluye en 1564 con importantes modificaciones renacentistas.

  Gracias a esto se observa un iglesia gótico-renacentista de planta basilical con una sola nave construida con piedra de sillería y cubierta con bóvedas de crucería estrellada a la que se le añadieron capillas entre los contrafuertes de los laterales.

  En el exterior posee un gran volumen que domina una fuerte estructura de piedra sobre gradas. Es aquí donde se halla una gran portada renacentista flanqueada por una torre cuadrada y una estrecha torrecilla poligonal con reloj la cual está abierta en su final y se remata con un chapitel piramidal.

  Desde aquí se accede a un interior donde el arquitecto Sancho de Cabrera creó el coro y la nave en estilo renacentista. Es aquí donde también posee una gran colección de sepulcros renacentistas pertenecientes a las familias nobles de Trujillo, un retablo barroco y un órgano del siglo XVIII.

  En cuanto a su historia se sabe que este lugar acogió durante un tiempo la reuniones del Concejo los cuales solían ubica cerca de la puerta de las Limas construida en época de los Reyes Católicos. Además debido a su importancia reyes como Carlos I, Felipe II o Felipe V pararon a rezar en ella cuando transitaban por tierras extremeñas.

  Esta historia hace que la iglesia sea una de las más importante de la provincia de Cáceres y además su gran estado de conservación permite observar toda la belleza con la que fue levantada hace siglos.