sábado, 26 de febrero de 2022

El convento ahora casa de cultura

   No todos los edificios mantienen su función original, algunos cambian para adaptarse y poderse conservar.

  Cuando se construye un edificio ya tiene la función que va a desempeñar asignada pero con el paso del tiempo esta se puede perder y a la edificación solo le queda desaparecer o adaptarse y un ejemplo de reutilización se halla dentro de la isla de Tenerife, más concretamente en la localidad de Tacoronte donde se ubica el Exconvento de San Agustín y Santuario del Santísimo Cristo de los Dolores y Agonía de Tacoronte.

  Levantado entre 1661 y 1662 por Tomás de Castro y Ayala este edificio funcionó como convento hasta mediados del siglo XIX cuando la comunidad de monjes que allí vivía desapareció por lo que el edificio quedó abandonado hasta que el Ayuntamiento lo tomó para instalar en él lugares públicos como el consistorio, cárcel o escuela pública.

  Realmente lo que aquí se halla es un conjunto de dos edificios que ocupan una manzana entera y en los que se pueden ver varias funciones aunque todas tenían carácter religioso. La más importante de todas era el Santuario del Cristo de Tacoronte, una iglesia levantada por Domingo Rodríguez Rivero en cantería y en cuya fachada se observa un par de gárgolas en forma de dragón y el escudo de los Pereyra de Castro, patronos de la iglesia, sobre la puerta, la cual está enmarcada ente pilastra que sujetan un frontón triangular y se remata por dos pequeños campanarios. Desde aquí se pasa a un interior que consta de tres naves con arcos fabricados en cantería y en las que se sitúan la capilla mayor donde se puede observar el frontal del altar y el tabernáculo creados en el siglo XVIII por Juan Domínguez y en la que también hay una estatua orante de Tomás Pereyra de Castro y Ayala. En esta iglesia posee, además, un coro alto que ocupa las tres naves, una sacristía, una puerta lateral y el claustro. Por último en ella se conserva la venerada imagen del Santísimo Cristo de Tacoronte (la segunda talla de Cristo más adorada de Canarias​ tras el Santísimo Cristo de La Laguna). 

  La segunda construcción es el Convento de Agustín de Hipona, un edificio anexo a la iglesia en el que se puede observar una fachada en la que hay un arco de cantería central que la une a la de la iglesia creando un conjunto armónico e integrador pero a la vez diferencial entre los distintos usos. Esto se ve sobre todo en que la fachada del convento es más sobria ya que solo se ven juegos de masas creados en piedras, paños encalados, huecos de madera de tea y cubiertas de teja como era tradicional en Canarias. Esto hace que se vea a la perfección que la iglesia tenía la función principal. Desde aquí se accede a un interior formado por varias naves y un claustro a través del cual se distribuían las celdas monásticas.

  Actualmente esta joya canaria sigue ocupada por dependencias consistoriales ya que en ella está instalada la Casa de la Cultura y gracias a su historia, belleza y conservación está declarada Bien de Interés Cultural.



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