Multitud de castillos pueblan el territorio español, un tipo de construcción que era muy útil para la defensas por ello en cada comunidad encontramos varios y uno de ellos está en la Región de Murcia, el Castillo de Jumilla.
Para conocer sus orígenes hay que retroceder a la Edad del Bronce, hace unos 3500 años, cuando los íberos crearon el poblado de Coimbra del Barranco Ancho el cual estaba fuertemente fortificado por murallas y defensas. Este asentamiento duró hasta el II a.C. cuando los romanos lo tomaron y reforzaron todo el cerro construyendo parte de la muralla que aún conserva. De esta época, además, sigue en pie la Torre de los Romanos, el aljibe Juan de la Torre y Juan Matheo que aún mantiene parte del Opus Signinum y el aljibe de Santa María de Gracia.
Ya en el 713 Abd el Asís conquista la ciudad de Gumalla pero no sería hasta el siglo XII cuando los musulmanes construyen el castillo defensivo o hisn sobre los restos de la antigua fortificación para así poder defender parte del Reino de Mursiya. De esta manera cierran todo el perímetro amurallado que habían creado los romanos y crean el Patio de Armas. Pero de poco les sirve ya que en 1241 las tropas del rey Fernando III de Castilla lo conquistan y lo mantienen hasta que en 1288 pasa a posesión de la Corona de Aragón, quien lo mantiene hasta 1358 cuando lo Don Fadrique lo toma para el rey Pedro I de Castilla. Finalmente sería Juan Fernández Pacheco y Téllez Girón, I marqués de Villena, quien en 1461 lo edifica de la manera que se ve actualmente.
Lo que ahora se ve es un castillo medieval, con restos de sus anteriores construcciones, de planta irregular en el cual se divisan varias construcciones. La primera es un corredor de comunicación que da acceso por el oeste y que probablemente sea de época musulmana ya que uniría la medina con el arrabal. Tras él se entra a la construcción la cual se organiza con un sótano la cual servía como cárcel, almacén y para recoger agua de un aljibe. La siguiente estancia es el Patio de Armas en el cual se hayan dos aljibes y un pasillo de madera que da acceso a la Torre del Homenaje la cual es de planta trilobulada y con una fachada cegada y redondeada al este para evitar daños de bala de cañón. Desde aquí se entra a su interior el cual posee cuatro niveles:
La primera planta era la Sala del Bastimento y era utilizada para guardar armamento de los soldados y para la defensa del Castillo por ello había dos saeteras (actualmente esta sala no existe ya que fue destruida por un incendio creado por las tropas francesas tras abandonar el castillo durante la Guerra de la Independencia.
La segunda planta es la Sala del Alcalde, el lugar donde se ubica la parte noble formada por un salón principal y la residencia la cual tiene una chimenea y grandes ventanales. Además en ella se sitúa un portón levadizo que comunica con las plantas altas y bajas.
La tercera es la Sala de la tropa la cual tiene el mecanismo de subida del portón, un horno de pan y una apertura que comunica con la cuarta planta o terraza almenada, excepto al este, la cual es maciza y redondeada para poder colocar un arma de artillería de tres cañoneras, y entre ellas cuatro troneras de buzón.
Por último, antiguamente en el castillo también se ubicaba la ermita de Santa María de Gracia, aunque ahora está desaparecida.
Actualmente esta fortaleza está musealizada, ha sido restaurada para recuperar su gran aspecto y gracias a su historia e importancia es Bien de interés cultural.
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