A los grandes artistas de la historia se les recuerda gracias a sus obras pero también hay otra manera de conocerles y es a través de los lugares donde vivieron por ello en multitud de ciudades hay museos instalados en las que fueron las moradas de estas personas y un ejemplo es la Casa-Museo Gaudí de Barcelona, ubicada dentro del Park Güell.
El origen de esta casa se sitúa a finales del siglo XIX cuando industrial Eusebi Güell i Bacigalupi, a su regreso de Inglaterra, decide levantar una ciudad-jardín en los terrenos de la finca Can Muntaner de Dalt para que la burguesía catalana se estableciera en ella y para este proyecto contó con Antoni Gaudí quien debía diseña 70 viviendas con jardín y los equipamientos necesarios pero en 1914 las obras se pararon cuando solo estaba concluida la casa del doctor Trias i Domènech (obra de Juli Batllevell) y una que pertenecía al propio Güell, la Casa Larrard. Un edificio levantado entre 1903 y 1905 pero no para servir como hogar sino como un lugar de reclamo para futuros clientes y para ello encargó a su ayudante, Francesc Berenguer, que la diseñara (aunque el propio Gaudí firmó el proyecto ya que Berenguer carecía de título) y Josep Pardo i Casanovas que la construyera. Pues bien esta casa es la que Gaudí decidió adquirir en 1906.
Nada más comprarla se muda allí con su padre, quien murió ese mismo año, y su sobrina quien falleció en 1912. Desde ese momento Gaudí vivió solo hasta que se mudó en 1925 al taller que tenía en el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. En 1925 Gaudí muere pero antes había dejado en testamento la cas a la Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia quien a su vez se la vendió al matrimonio Chiappo Arietti. Ya en 1960 la asociación de Amics de Gaudí decidió volver a adquirir la casa para abrir un museo el cual se inauguró el 28 de septiembre de 1963.
Lo que aquí se observa es un edificio de tres plantas cuyo exterior, ejecutado en rojo, muestra todos los elementos modernistas y se completa completa con un torreón. En su interior es donde se encuentra la faceta más intima del arquitecto y también la más religiosa. De esta manera el sótano está destinado para la tienda y la fresquera. La planta nobles corresponde a la vivienda y en ella se pueden observar los dormitorios, el salón o el estudio. También es el lugar donde se hallan objetos del artista, muebles diseñados por él, cuadros, esculturas, pinturas y dibujos. Por último la tercera planta acoge oficinas y el mirador.
Desde 1992 el museo está gestionado por la Fundación Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia y es el sitio ideal para todos los amantes de Gaudí y que quieran conocer su faceta más íntima.
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