En la madrileña localidad de San Lorenzo de El Escorial hay muchísimo patrimonio que disfrutar, un lugar en el que sin duda destaca el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial pero también otros lugares como la Casita del Infante o la Casita de Arriba (ya escribí sobre ella) levantada por el Infante Gabriel o la Casita del Príncipe o Casita de Abajo.
Al igual que su hermano Gabriel el entonces Príncipe de Asturias Carlos (futuro Carlos IV) también deseaba levantarse un lugar donde pasar sus ratos de ocio y que no estuviera dentro del monasterio. De esta manera decide encargarle a Juan de Villanueva la construcción de una casa en un bosque de robles entre el Monasterio de El Escorial y la ciudad. Las obras comienzan en 1771 y concluyen en 1775 dando como resultado un edificio neoclásico cuyo exterior estaba formado por un único bloque rectangular con una fachada de 27 metros a la cual se la añadió una nueva ala entre 1781 y 1784. Desde aquí se accede a un interior donde se halla toda la grandiosidad de este palacio y es que en sus salas están totalmente decoradas con pinturas y muebles de los mejores artistas del momento.
En un inicio la casa iba a ser ornamentada por el francés Jean-Démosthè Dugourc el cual quería que hubiera tres salas en la planta baja: la egipcia, la etrusca y el gabinete chino. La más importante iba a ser la egipcia la cual concibió como una mastaba (un monumento funerario) cuya única fuente de luz vendría del techo al cual también le pintaría unas estrellas amarillas sobre un fondo azul. A todo esto lo complementaría con muebles egipcios y pinturas de una serie de personas llevando ofrendas a un rey y jeroglíficos. Pero este proyecto era muy complicado ya que había que destruir el piso superior así que se desechó.
Lo que ahora se observa son numerosas salas decoradas muy al estilo neoclásico ya que la planta baja fue decorada por Giambattista Ferroni con estucos pompeyanos y etruscos a lo que le sumó sedas, muebles, lámparas, tapices y alfombras de la Real Fábrica de Santa Bárbara y pinturas de artistas como Vicente Gómez, Juan de Mata Duque, Luigi Japelli, Mariano Salvador Maella y Francisco Bayeu. La planta superior, en cambio, está entera decorada por porcelanas de estilo inglés de la Real Fábrica del Buen Retiro con un estilo muy cercano al Rococó y las bóvedas se rematan con estucos con relieves. Pero sin duda lo más atrayente son las pinturas de varios artista, siendo el más importante de todos Luca Giordano con sus obras "Rapto de Proserpina por Plutón"; "Caída de Faetón"; "Aparición de Jesucristo a Magdalena"; "Rapto de las Sabinas"; "Semiramis"; "Alegoría de las Virtudes (Caridad, Fortaleza, Templanza)"; "Partes del Mundo (Europa, Asia, África, América)"; "Inmaculada Concepción"; "Muerte de Juliano el Apóstata" y "Conversión de San Pablo" a las que se le suman obras de José López Enguídanos (Bodegón de la sandía), Corrado Giaquinto (obras de temática religiosa, mitoloógica y alegórica), Andrea Vaccaro, Guido Reni (Santa Catalina) o Domenico Zampieri "el Domenichino" (Santa Cecilia). En años posteriores Fernando VII aportó decoración y Alfonso XIII restauró el mobiliario.
A todo esto lo completan dos jardines, comunicados por dos pórticos de columnas toscanas, en los que se pueden encontrar fuentes, estanques, cascadas, paseos y setos de boj a lo que se suma el inmenso parque en el que estás situada la casa y en el que se hallan robles, encinas, sequoyas, pinsapos y otras especies.
Actualmente la casa forma parte de Patrimonio Nacional y gracias a todo el arte que atesora entre sus muros es Bien de Interés Cultural.
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