La casona que daba misa al pueblo

   En todas las comunidades hay palacetes construidos por la burguesía que en ellas habitaban, lugares que conservan un gran arte.

  La nobleza siempre ha gustado de crearse grandes casas en las localidades en las que vivían o pasaban grandes temporadas por ello podemos encontrar palacetes en multitud de localidades como pasa en el cántabro municipio de Liérganes donde se ubica el Palacio de Cuesta Mercadillo, también conocido como palacio de La Rañada por ser en este barrio donde está.

  El origen de este lugar se sitúa en el 1724 cuando Juan de la Cuesta Mercadillo, gobernador y capitán a guerra de las Villas de Nombre de Dios, Sombrerete y sus fronteras y provincias, manda construir una nueva casa sobre el solar que había dejado una más antigua. Las obras continuaron hasta 1730 dando como resultado una casona que con planta en U (muy parecida a la de los palatium medievales, es decir, los palacios donde se recogían las rentas y productos que los campesinos debían dar a los señores) y que se cierra con una portalada, ornamentada con los escudos de armas de los Cuesta, Mercadillo y Castillo y escudetes con los elementos de las armas de la familia Septién, que sigue las directrices barrocas de crear espacios libres, está atribuida a Bernabé de Hazas.

  En cuanto a su disposición se observa que es una casa de poca altura organizada en torno a un patio cerrado que tiene un cuerpo central con tres arcos del que salen dos alas que forman el patio; una es la habitación y la otra es la capilla de la Virgen de Guadalupe. Esta última también guarda una curiosidad y es que tiene una puerta que da a la calle algo que era muy poco habitual, esto se debe a que aparte de servir para la familia, quienes entraban desde una puerta interior, también daba culto a los vecinos como así lo atestigua una placa que reza: "Ganan 200 yndulgencias las personas que hicieren devotamente un acto delante de esta imagen de nuestra señora de Guadalupe concedidas por el señor arzobispo de Zaragoza con facultad de Benedicto XIII".

  Actualmente conserva un gran estado lo que le ha valido ser nombrado Bien de interés cultural declarado a 9 de mayo de 1994.