Muchas son las construcciones que no han llegado en el mejor de los estados a nuestros días pero que aún guardan su encanto.
Muchas son las torres defensivas que se desplegaron a lo largo de la costa Mediterránea ya que estos lugares eran proclives a ataques piratas. los ejemplos son multitud y uno de ellos es la Torre des Moros o torre de Can Magí ubicada en la gerundense localidad de Tossa de Mar.
El origen de esta torre se sitúa en el siglo XVI muy probablemente cuando Felipe II lanzó una ordenanza para crear nuevas torres defensivas que defendieran toda la costa de ataques de piratas. En el caso de Tossa se eligió erigir una nueva sobre un terraplén en el puig de Can Magí para poder vigilar parte de la Costa Brava y es que desde este lugar había unas magníficas vistas de la bahía y de los caminos que eran bastante utilizados por los piratas sarracenos para desembarcar.
De esta manera lo que aquí se observa es torre defensiva redonda de 8 metros de altura y 6 metros de diámetro levantada con piedra enlucida. En su parte baja posee una entrada (formada por entablado de madera, aspilleras y barbacanas con dinteles de madera) y doce aspilleras marcadas con tres piezas cerámicas (dos enseñan la brecha y una es el dintel). De aquí se sube a un segundo nivel en el que se encuentran cuatro grandes aberturas antiguamente flanqueadas con cerámica que muy probablemente servían como ventanas de vigía.
En cuanto a su historia se sabe que estuvo en funcionamiento hasta el siglo XVIII cuando fue abandonada. Esto, sumado a un rayo que le cayó en el siglo XIX, la dejó en estado ruinoso por lo que en 1997 se decidió restaurarla por completo lo que ha hecho que ahora conserve un buen estado y se le han añadido iluminación y accesos metálicos en su exterior ya que su interior está prohibido.
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