Durante la Edad Media las ciudades estaban en constante peligro de ataques por ello se pertrechaban con un entramado defensivo en el cual las torres eran muy importantes ya que permitían ver desde lejos y prevenir así las agresiones. Con el tiempo esta función fue despareciendo por lo que muchas se derribaron pero otras se convirtieron en el monumento emblema de la ciudad como pasa con la Torre de Bujaco de Cáceres.
Lo que aquí se observa es una torre albarrana construida en 1173 por las tropas almohades tras recuperar Hizn Qazris la cual había caido en manos cristianas en 1169 y para ello utilizaron una antigua torre romana que fue la última defensa que le quedaba a la ciudad, de hecho cuando las tropas musulmanas entraron en la localidad pasaron a cuchillo a los cuarenta caballeros de los Fratres de Cáceres que en ella estaban. Tras ello es cuando el califa decide reestructurar toda la torre.
D e esta manera en su exterior se ve que está levantada sobre sillares romanos con planta cuadrada y unos 25 metros de altura. Además posee dos matacanes laterales y uno frontal, este último renacentista del siglo XVIII, y se remata con almenas.
En cuanto a su nombre hay varias teorías que intentan explicarlo. La primera habla que viene de la derivación de Abú-Ya’qub, el Califa que mandó degollar a los Frates pero este nombre no empezó a utilizarse hasta el siglo XIX y se dice que viene de la palabra buhaco la cual, en la localidad de Casar de Cáceres, hace referencia a un muñeco de paja y trapo que era como también se conocía a la estatua del Genio Andrógino (estatua de Ceres) que estaba colocada en el balcón de los Fueros (añadido en el siglo XVI) entre los años 1820 a 1962. Además, durante su historia también ha sido conocida como torre del reloj por uno que albergó entre 1672 y 1791.
Actualmente la torre alberga en su interior un centro de interpretación y desde su terraza ofrece una gran vista de la Ciudad Monumental lo que hace que sea un lugar de obligada visita.
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