Los castillos existen en todas las comunidades autónomas, un tipo de construcción que servían tanto como hogar como para la defensa.
Durante la Edad Media era normal la construcción de castillos que sirvieran como fortalezas para defender las localidades, es por esto que podemos encontrar cantidad de ellos como en la madrileña localidad de Villaviciosa de Odón donde hay uno de finales del siglo XV.
La construcción de este castillo se produce en 1496 por orden de Andrés de Cabrera y Beatriz de Bobadilla, I marqueses de Moya, tras ser nombrados señores de Chichón en 1489. Al principio su existencia fue bastante tranquila pero en 1521, en el contexto de la Guerra de las Comunidades, los capitanes comuneros Diego de Heredia y Antonio de Mesa lo destruyeron en represalia por el apoyo de Fernando de Cabrera y Bobadilla, I conde de Chinchón, y su hermano Diego (hijos de Andrés y Beatriz) a Carlos I. Esto hizo que en 1583 Diego de Cabrera, III Conde de Chinchón, ordenara a Juan de Herrera su reconstrucción.
Los siguiente dos siglos el castillo siguió en manos de los Cabrera pero en 1738 Felipe V decide comprar el condado de Chinchón, y con ello el castillo, para entregárselo a su hijo, el infante Felipe de Borbón y Farnesio, quien se convierte en el XII conde de Chinchón. A Felpe le encantó todo el entorno en el que estaba situado por lo que decide restaurarlo y pasar allí grandes temporadas, para ello le pide a Ventura Rodríguez su rehabilitación y de hecho tanto gustó a la realeza que el hermano del conde, el rey Fernando VI, se retiró allí tras la muerte de su mujer, Barbara de Braganza, y en él falleció el 17 de agosto de 1758.
Tras ello el castillo siguió estando a ordenes de los condes y de hecho varias celebraciones se celebraron en él, algunas tan importantes como la boda de María Teresa de Borbón y Vallabriga (la famosa condesa de Chinchón retratada por Goya) con Manuel Godoy, favorito de Carlos IV. Precisamente este castillo luego fue la prisión de Godoy ya que tras el Motín de Aranjuez de 1808 este fue detenido y trasladado al castillo de su suegro, aunque ya estaba separado de su mujer, hasta que el Mariscal Joachim Murat le liberó y le trasladó a Francia.
La siguiente etapa del castillo se produce cuando los condes se lo alquilan al Estado para instalar la Escuela Especial de Ingenieros de Montes, la cual estuvo allí hasta 1869. Tras esto quedó desocupado hasta que en 1886 se instala el Colegio de Educandos del Cuerpo de Carabineros pero tras 1892 queda abandonado definitivamente por lo que se fue deteriorando, sobre todo durante la Guerra Civil cuando fue cuartel. Esto hizo que su parte baja se fuera utilizando como casa de labranza, granero, leñera y almacén. Finalmente el Ejército del Aire lo compró en 1965 e instaló en él el Archivo Histórico del Ejército del Aire en 1972, de esta manera el castillo obtuvo una vida nueva que aún mantiene.
En cuanto a su estructura a principio tenía una base triangular con tres torres en las esquinas pero Herrera le añadió una cuarta y un torreón cuadrado a modo de Torre del Homenaje. Esto lo convirtió en un auténtico castillo-palacio con un aspecto bastante fuerte gracias a sus muros de sillarejo, mampostería y granito. En su interior se observa que todo se estructura en torno a un patio central con arcos de piedra de medio punto del que parten todas sus estancias. Además en el castillo se ve a la perfección que era mucho más residencial ya que posee una escalera en la recepción de tipo claustral así como ventanas y balcones en los tejados de las torres las cuales tampoco tienen almenas. Todo se completa con una fuente obra de Ventura Rodríguez.
Actualmente sigue conservando un gran aspecto gracias a esta nueva vida lo que le ha valido ser uno de los edificios más importante de la Comunidad de Madrid.
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