Cuando los musulmanes llegaron a la Península trajeron consigo parte de sus costumbres y una de la más arraigadas que tenían era la de darse baños, ya fuera por higiene, por placer o para grandes festividades. Esto hace que en España contemos con varios de estos edificios y uno de ellos es el granadino Enclave Monumental Baños Árabes de Baza, también conocidos como de la Marzuela o de la Judería.
Construidos en el antiguo arrabal de la Marzuela, actual Santiago, muy cerca de la mezquita ahora sustituida por la Iglesia de Santiago estos baños datan del siglo XIII cuando los almohades dominaban gran parte de Al-Andalus. Con este propósito duraron varios siglos pero finalmente fueron abandonados y caídos en el olvido hasta que a finales del siglo XIX fueron hallados por el historiador Manuel Gómez Moreno. De esta manera lo que aquí se observa es un autentico ejemplo de baños urbanos relacionados con la mezquita en los cuales aún se pueden ver sus tres salas, la leñera y el vestíbulo.
Nada más entrar se encuentra el al-bayt al-maslaj o vestíbulo, un lugar semicubierto estructurado con forma dc patio abierto del que parten las galerías cubiertas con tejados inclinados que dabn paso a las distintas salas. Este lugar además contiene el ropero, las letrinas y el cuarto del vigilante y servía como lugar de bienvenida, el sitio donde los usuarios se desprenderían de sus ropas y tomarían los utensilios necesarios para su baño. Además en él aún se conserva la solería de ladrillo y piedra (jabaluna), el darro o artajea que servía para drenar el agua y las jambas de ladrillo de la puerta.
La siguiente estancia es la al-bayt al-barid o sala fría, un lugar muy parecido al frigidarium de las termas romanas y que fue adaptado para los hammanes. En este sitio los usuarios recibían duchas de agua fría y también servía para la reaclimatación de los bañistas antes de marcharse. Aquí además se observan la pileta donde recogían el agua, dos salas privadas separadas de la principal por un doble arco geminado sujetado por una columna central de mármol y pilastras de ladrillo y una tinaja de vino de la época en la que se utilizó como bodega.
A otro lado del vestíbulo aparece el al-bayt al-wastani, es decir, el tepidarium o sala templada, un lugar donde se pasaba la mayor parte del tiempo por lo que se puede considerar como la estancia principal. Aquí solían recibir baños de vapor, masajes o tratamientos de belleza. Debido a esto esta sala se construyó en torno a un espacio central flanqueado por columnas y rematado por una bóveda esquifada. Además contiene cuatro ámbitos cubiertos por bóvedas de cañón que se juntan en las esquinas por pequeñas bóvedas de media naranja.
La última estancia es el al-bayt al-sajun equivalente al caldarium o sala caliente, el lugar donde se daban los baños calientes y que funcionaba como sauna, esto se conseguía a través de suelos radiantes que escondían una cámara de combustión de la que aún se pueden ver los cuatro pilares de ladrillo que sujetaban el suelo. Aquí era costumbre que tomaran agua muy caliente y la alternaran con fría ayudados por un bañero (kiyassa para los hombres y tayabaste para las mujeres) que les enjabonaba y les limpiaba.
Por último queda la sala de la leñera donde se encontraba el horno (al-furn) y la caldera de cobre (al-burma) y la cual se cubría por un tejado a un agua.
Actualmente estos baños son uno de los mejores ejemplos de baños árabes en España y conserva un gran estado gracias también a la restauración que tuvieron en 2008, algo que le valió obtener el Premio de Intervención en el Patrimonio Arquitectónico Español en 2009. Además gracias a que conserva la mayoría de sus estancias es uno de los hammanes o baños árabes más completos de toda España.
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