Hispania estuvo mucho tiempo bajo dominación romana, una época en la que se fundaron muchas ciudades a las que además se le fueron añadiendo equipaciones necesarias para la vida de sus poblaciones y un ejemplo de ello son las Termas Romanas de Lugo.
El origen de este lugar está muy ligado a la fundación de Lucus Augusti en el año 25 a. C. por Paulo Fabio Máximo, legado del emperador Octavio Augusto. Para ello se aprovechó manantial termal con propiedades medicinales que aún hoy día se siguen utilizando. Con el tiempo este lugar se fue abandonado hasta que el tiempo fue implacable con ellas y fueron sustituidas por otras pero unas excavaciones arqueológicas volvieron a sacar a la luz las primitivas.
De esta manera lo que ahora se observa es un edificio distribuido en varias salas en las cuales se hacía la rutina del baño. La mejor conservada es el Apodyterium, el lugar que servía como vestidor ya que en él la gente se quitaba sus ropas y accedía a darse los baños por ello aquí se encuentran un suelo de opus signinum (teja y ladrillo con cal) y dieciocho hornacinas a modo de armario. Tras ello pasaban al Caldarium o sala caliente (en años posteriores se usó como capilla), luego al Tepidarium o sala templada y por último al Frigidarium o sala fría. Aparte de esto pudo haber una cuarta sala conocida como palestra y se utilizaría para baños de vapor y gimnasio.
Además durante la excavación de la piscina central se hallaron 14 aras partidas por la mitad en las que personas importantes de la época como Marco Ulpio Longiniano, Lucio Valerio Maximo o Marco Hortensio Maximiliano daban las gracias a la Ninfas protectoras del manantial por sus cualidades curativas.
Actualmente estas termas están bajo el Hotel Balneario de Lugo y gracias a su gran importancia histórica están declaradas Monumento Histórico-Artístico desde 1931.
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