Cuando las legiones romanas llegaron a Hispania crearon una serie de campamentos para alojarse mientras realizaban sus labores militares y un ejemplo es el fuerte romano de Petavonium ubicado entre las zamoranas localidades de Rosinos de Vidriales, Santibáñez de Vidriales y San Pedro de la Viña, dentro de la comarca de Benavente.
Tras las Bellum Cantabricum (Guerras cántabras, 29 a.C. al 19 a.C.) la Legio X Gemina fundó un campamento a medio camino de Astúrica Augusta (Astorga) y Bracara Augusta (Braga) para acoger a unos cinco mil legionarios con las órdenes de vigilar a los pueblos astures para intentar prevenir revueltas y a su vez proteger el transporte de oro que venía de las minas auríferas de Las Médulas o Las Cavenes.
Estando allí empezaron a fundar una especie de ciudad cuyo centro estaría en el actual territorio de la ermita de Nuestra Señora del Campo (Rosinos de Vidriales), un sitio en el que tendrían unas termas y un templo de Hércules. Pero llegó el año 63 d.C y el emperador Nerón decide que esta legión debe abandonar la Península dejando abandonado este campamento pero esto duró poco ya que en época de Vespasiano (69-79) se reorganizó toda la distribución militar que Roma tenía en Hispania y en él se instaló el Ala II Flavia Hispanorum Civium Romanorum, una unidad auxiliar formada por 500 jinetes hispanos pero que contaban con la ciudadanía romana, quienes permanecieron allí hasta el siglo III con la misión de proteger el oro astur.
De esta manera se ven dos campamentos y es que el primero contaba con unas 17 hectáreas mientras que el castellum alae solamente tenía 4,5. Además de la primera etapa se han encontrado restos cerámicos, monedas, armas y otros objetos metálicos mientras que de la segunda son todos los restos visibles de los edificios tanto militares (la porta praetoria, los principia o cuartel general y el valetudinarium u hospital) como residenciales (artesanía, cocina, almacén de alimentos) y también algunas monedas o cerámicas.
Actualmente los trabajos arqueológicos han permitido la reconstrucción de cuatro torres vigía, la puerta decumana, una empalizada y varias estancias de los oficiales. Todo esto hace que sea un lugar perfecto para conocer como era la vida en un campamento romano lo que le ha valido ser Bien de Interés Cultural y pertenecer a la Ruta Arqueológica de los Valles de Zamora.
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