jueves, 23 de junio de 2022

El museo gerundense antes monasterio

   Los cambios de función de un edificio se han dado durante toda la historia y esto ha hecho que se mantengan en pie.

  Durante siglos los religiosos han ido construyendo lugares donde vivir mientras realizaban su labor eclesiástica pero con el tiempo y el descenso del número de monjes muchos de estos lugares se quedaron abandonados por ello se le buscaron otras utilidades como pasa al gerundense Monasterio de San Pedro de Galligans o Sant Pere de Galligants.

  El inicio de este lugar se encuentra en el 992 cuando el conde Ramón Borrell le vendió al abad benedictino un dominio que estaba extramuros de Girona. Al año siguiente Ramón también decidió dejarles en su testamento una gran donación que ayudara a su construcción y mantenimiento. Ya en 1117 Ramón Berenguer III decide que este cenobio debía ser unido a la Abbaye Sainte-Marie de Lagrasse (Francia) pero que mantuviera abad propio. Así continuó hasta 1339 cuando Pedro III de Aragón recupera los terrenos para la Corona.

  Realmente Sant Pere nunca fue una abadía grande ya que solo contaba con seis monjes y seis clérigos más el abad por ello era la iglesia de Sant Nicolás la que ejercía como centro del culto para el barrio salvo los bautizos que sí se hacían en el monasterio. Los años siguiente marcaron su decadencia, sobre todo en el siglo XV, es por ello que en 1592 se le une a los monasterios de Sant Miquel de Cruïlles y el de Sant Miquel de Fluvià que se encontraban en la misma situación pero esto no sirvió para nada y finalmente en 1835 se enclaustra a los últimos hermanos que en él había, el abad y cuatro monjes.

  En cuanto a su estructura se ve que posee una iglesia levantada en 1130 la cual se conforma por tres naves con crucero y cuatro ábsides en la cabecera. Además tiene una portada muy destartalada que podría provenir de un edificio anterior. Todo se completa con una serie de columnas adosadas a la nave central y rematadas por capiteles ornamentados con motivos vegetales que crean un arco del triunfo en el ábside central y son de distinta elaboración, por ello se cree que lo crearon varias artesanos siendo uno de ellos el maestro de Cabestany. Estas columnas a su vez sujetan arcos torales que refuerzan la bóveda central.

  En su exterior se observa una torre campanario octogonal de dos pisos que fue reformada en 1362, cuando la abadía se integró en el interior de los muros de Girona, para hacerla más defensiva. Además en este exterior se ve que los ábsides son lisos y poseen una ventana central, tiene un rosetón de arcos radiales y la portada es de arcos lisos sobre columnas estriadas con capitales arcaizantes decorados con figuras geométricas y zoomórficas. 

  Por último se halla el claustro de estilo románico catalán, de dos épocas distintas ya que la galería norte es de 1154 y el resto de 1190, adosado a la iglesia. En él además se observan capiteles con escenas de la vida de Cristo y otras figuras románicas como leones o sirenas.

  Del resto de su historia se sabe que desde 1854 acoge la sede gerundense del Museo de Arqueología de Cataluña y que gracias a su historia y arte está catalogado como Bien de Interés Cultural.





No hay comentarios:

Publicar un comentario