martes, 5 de julio de 2022

La catedral sobre la mezquita de Ceuta

   Toda ciudad tiene lugares destinados al culto que vienen de muchos años atrás siendo las iglesias las más comunes.

  Casi todas las localidades de España cuentan con una catedral que funciona como la iglesia principal de ese lugar y por supuesto Ceuta no iba a ser una excepción ya que allí se ubica la Catedral de la Asunción.

  El origen de este templo se sitúa en una primitiva iglesia, probablemente construida en el siglo VI por el emperador Justiniano I. que posteriormente fue derruida durante la ocupación musulmana para levantar sobre ella una mezquita. Con la conquista de la ciudad por parte de Juan I de Portugal el 21 de agosto de 1415 se decide solicitar a Roma la creación de la Diócesis de Ceuta la cual es concedida el 4 de abril de 1420 el papa Martin V a través de la bula "Romanis Pontifex" es por ello que el 6 de septiembre de ese año se empieza a construir sobre la mezquita aljama la nueva catedral bajo la advocación de Santa María de la Asunción.

  Esta nueva catedral se construyó con materiales muy frágiles algo a lo que se le sumaron varios ataques y asedios que hicieron que a finales del siglo XVI estuviera en muy mal estado pero no fue hasta 1665 cuando el Cabildo declara su ruina y en 1672 cuando el obispo Antonio Medina Chacón y Ponce de León la cierra y traslada su función a la iglesia de Nuestra Señora de África.

  Que una ciudad como Ceuta se quedara sin catedral es algo que las autoridades no querían consentir por ello en 1686 el obispo Antonio Ibáñez de la Riba ordena una nueva cimentación y en 1687 encarga el proyecto a Juan de Ochoa. Pero en 1697 Muley Ismail sitió la ciudad lo que impidió que la nueva catedral se consagrara, algo que finalmente ocurre el 8 de diciembre de 1726. Aunque sus obras continuaron ya que el Sagrario se levanta en 1735. Pero este no fue su último problema ya que hubo otro cerco en 1790 que obligó a reparar las cubiertas y vidrieras y entre 1944 y 1955 José Blein Zarazaga la remodela añadiéndole un presbiterio con girola y capillas radiales, se añade otro Sagrario pegado a la Epístola y se erigen las dos torres de la fachada. 

  De esta manera lo que ahora se observa es un templo a caballo entre el barroco y el neoclásico en cuyo exterior se ve la fachada original a la que se le añadieron las dos torres y una vidriera en la zona del órgano para aportar luz. Además posee una portada flanqueada por dos pilastras dóricas rematada por un frontón triangular con un óculo en su tímpano.

  Desde aquí se accede a un interior donde se ve una planta rectangular con tres naves de cuatro tramos más crucero al cual se adosa la cabecera semicircular con girola. A su vez las naves se separan por pilares de sección cuadrada que sujetan arcos de medio punto y se completa con una bóveda semiesférica apoyada sobre pechinas encima del crucero que se ornamenta con medallones con los cuatro Evangelistas obra de Bonifacio López Torvico y gallones decorados por pinturas de José Martín Ocaña representando a los Padres de la Iglesia.

  En cuanto a girola esta está dividida en doce tramos comunicados con la Capilla Mayor a través de arcos de medio punto y dinteles y culmina con un presbiterio con bóveda engallonada.

  Todo esto hace que sea un edificio con una gran monumentalidad con una imagen clasicista pero fría debido a su poca decoración algo que no le ha impedido ser nombrada Bien de Interés Cultural.



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