Para que una civilización prospere es importante que tenga una buena fuente de alimentos y si es renovable mejor. En estos términos la agricultura es uno de los métodos que más funciona pero se necesita regarla por lo que se crearon medios para ello y un ejemplo es la Rueda de la Huerta o Rueda de Alcantarilla, llamada así por estar en esta localidad murciana.
El origen de este sitio data del siglo XV cuando se crea una primitiva rueda de madera para levantar el agua desde la Acequia Mayor Alquibla o de Barreras hasta la acequia del Turbedal lo que permitiría regar las tierras altas de Alcantarilla. Esta primera noria contaba con 56 cangilones (jarros) y regaba unas 800 tahúllas hasta su desaparición en 1890 cuando fue sustituida por una nueva más grande.
Ya para 1956 la Sociedad Metalúrgica Naval y Terrestre de Alicante decide cambiarla por otra de metal con unas dimensiones de 11 metros de diámetro, 1,90 metros de ancho y 8 metros de altura y con 72 cangilones encargados de coger el agua y llevarlas hasta las huertas gracias al giro que crea la corriente al chocar con las paletas.
Debido a la situación de esta noria la Región de Murcia decidió crear en 1967 muy cerca de ella el Museo Etnológico de la Huerta, un enclave expositivo principalmente en la Etnología, Agricultura, Antropología y la cultura del Agua a través de la historia de: las Barracas y el hábitat huertano, la Rueda o Noria ancestral y airosa, el Museo con herramientas y trajes, la Hidrología donde se muestran las acequias y brazales y culmina con los huertos y sus tierras. Ya para 1999 fue ampliado añadiéndole un salón de actos, aulas y nuevos espacios.
Actualmente todo el conjunto es un lugar ideal para conocer como era la vida de los agricultores murcianos, algo de suma importancia histórica lo que ha hecho que se convierta en Monumento Histórico Artístico Nacional a 30 de julio de 1982.
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