sábado, 20 de agosto de 2022

El edificio neogótico de Castro

  El arte ha sido distinto a lo largo de los siglos por ello podemos ver gran variedad de estilos en las ciudades.

  El siglo XIX marcó un nuevo estilo de arte que podemos disfrutar en muchos de los edificios que se levantaron en esa época y también a principios del XX y un ejemplo es la Casa de los Chelines ubicada en la cántabra localidad de Castro-Urdiales.

  El origen de este edificio data de 1902 cuando el arquitecto Severino Achúcarro diseña un nuevo edificio para servir como viviendas, aunque le deja la dirección de obras al arquitecto Leonardo Rucabado. De esta manera comienzan las obras de una construcción cuyo resultado es un edificio modernista de planta cuadrada irregular para adaptarse al solar en el que se levanta cuya planta baja y entreplanta son de sillería.

  En su exterior presenta un soportal de cinco arcos, tres centrales de medio punto y dos laterales carpaneles, que se abrió para locales comerciales. Sobe ellos ya aparecen los cuatro niveles de viviendas de disposición simétrica salvo en el primero que hay un mirador neogótico con dos ventanas flanqueándolo que contienen columnas adosadas a la fachada y sobre él aparece una balaustrada con motivos ojivales y pináculos. Las siguientes son distintas ya que posee miradores en las esquinas con tres vanos intermedios decorados con rejería neogótica con calados. Todo se completa con una tirolesa en la terraza y un pináculo en la parte sudoeste. De aquí se pasa a un interior organizado entorno a un patio central.

  Actualmente este edificio sigue con su función de vivienda y debido a su originalidad ha sido nombrado Bien de Interés Cultural.





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