Con la invención del ferrocarril fue mucho más fácil y rápido el traslado de personas o mercancías pero para que el tren pudiera parar era necesario crear estaciones donde hacerlo y un ejemplo es la oscense Estación Internacional de Canfranc ubicada en la localidad homónima.
El origen de esta estación se sitúa a principios del siglo XX cuando España y Francia deciden unirse a través de los Pirineos por el puerto de Somport, por ello en 1904 firman un primer convenio que se fue renovando según se iban decidiendo los protocolos a seguir. Para 1915 el túnel ya había concluido pero se necesitaban estaciones por ello en 1923 se le pide a Fernando Ramírez de Dampierre que construya en Canfranc una nueva, Finalmente presenta un proyecto pero los ingenieros del Ministerio de Fomento le hacen algunas modificaciones como sustituir la mampostería por hormigón. Finalmente el 18 de julio de 1928 la estación se inaugura en presencia del rey Alfonso XIII y Presidente Francés Gaston Doumergue.
De esta manera lo que aquí se observa es un edificio de planta alargada, 241 metros, de estructura simétrica organizada en cinco cuerpos, estando el central y los laterales más adelantados y elevados. Además posee 75 puertas a cada lado lo que le da una gran envergadura.
En el exterior presenta un estilo inspirado en los palacios franceses con tratamiento clasicista y se utilizaron como materiales hormigón, piedra, hierro y cristal los cuales al unirse con la pizarra del techo dan un gran juego cromático. Desde aquí se accede a un interior muy luminoso y a la vez tan equilibrado como elegante en el cual todo se distribuye a través de un hall central cubierto por una cúpula de fundición. En él se encontraban el bar, hotel, casino... y las dependencias de la estación como aduana o taquillas todo bien diferenciado por la decoración. Es el primer piso donde se da acceso a los andenes y sobre él hay otro piso.
En cuanto a su historia que en 1931 sufrió un incendio que destruyó la biblioteca y el restaurante, que el bando sublevado la ocupó en la Guerra Civil y que en 1941 la parte española pasó a RENFE. Pero el tiempo fue inmisericorde con ella y se necesitó restaurar tanto en 2007 como en 2021 y entre medias fue adquirida por la Diputación General de Aragón.
Actualmente sigue recibiendo al conocido como El Canfranero, un tren que sale todos los días para unir Zaragoza y Canfranc en un trayecto que dura unas tres horas y 49 segundos y uno de mercancía entre Canfranc y Martorell (Barcelona). Además es Bien de Interés Cultural y posee otros terrenos que se espera que acojan tres subsedes del Museo del Ferrocarril de Aragón, un centro de visitantes del Camino de Santiago, viviendas, zonas verdes y aparcamientos.
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