jueves, 29 de septiembre de 2022

El castillo multipropiedad

   Edad Media y castillos es algo que siempre va de la mano como podemos ver en las distintas comunidades.

  Durante la Edad Media se levantaron una gran cantidad de castillos que han llegado hasta nuestros días en diferentes estados de conservación, fortalezas que muchas veces se construyeron por una población y que finalmente sirvieron a otra y un ejemplo es el Castillo de Ayora ubicado en la homónima localidad valenciana.

  El origen de este lugar se sitúa en el siglo XIII cuando las tropas aragonesas de Jaime I el Conquistador conquistan el Valle de Ayora entre el 1239 y 1243 y mandan construir esta fortaleza sobre una musulmana ubicada en el centro de la localidad y que fue nombrada por primera vez por el geógrafo musulmán Al-Idrisi en el siglo XII. Ya en 1244 se firma el Tratado de Almizra por el cual el Valle pasa a manos de Castilla y con él el castillo pero esto solo dura hasta 1281 cuando Alfonso X de Castilla y Pedro III de Aragón rubrican el Tratado de Campillo por el cual la zona vuelve a Aragón y ya en en 1305, tras el acuerdo de Elche, por orden de Jaime II de Aragón Ayora se incorpora al Reino de Valencia.

  Por este tiempo Ayora se convierte en un señorío cuyos titulares utilizaron el castillo como vivienda. Primero lo hizo el almirante de Aragón Bernardo de Sarriá en el siglo XIV y ya en 1492 es adquirido por Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza (hijo del cardenal Pedro González de Mendoza) quien se lo pasó a su hija Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete. Pues bien, es en esta época cuando sufre una gran transformación para acomodarlo como palacio, una reforma que luego continuó con su hermana María quien estaba casada con Diego Hurtado de Mendoza, Duque del Infantado, familia a la que queda vinculada hasta 1837 y por lo que a veces se le conoce como Castillo del Duque del Infantado.

  De esta manera se observa un castillo de planta alargada para poder adaptarse al terreno cuyo exterior se rodeaba de una s murallas de las que ahora solo se ven restos de algunas murallas cuadradas, una circular y algunas estancias. De aquí se llegaba a dos plazas, una era de la de armas, a la que se accedía por la puerta del Barrio Alto, y que estaba construida por un pavimento de guijarros con diseño geométrico. La otra plaza era el patio del palacio-fortaleza de la Marquesa de Zenete y se entraba a través de la Puerta Falsa (siglo XVI) que entraba directamente al palacio, ahora no cumple esta función por lo que obtuvo el nombre de falsa. Todo se completa con una Torre del Homenaje cuadrada de mampostería y sillería, con restos de tapial, creada por la marquesa de Zanete. 

  Del resto de su historia se sabe que en el siglo XVIII fue muy dañado durante la Guerra de Sucesión ya que en 1707 las tropas borbónicas al mando del conde de Pinto lo asaltaron, saquearon y quemaron por lo que la población huyó y en 1812 las tropas napoleónicas acabaron con lo que quedaba.

  Actualmente solo quedan restos de lo que en su tiempo fue una gran fortaleza medieval y palacio durante la Edad Moderna pero aún así tiene una gran importancia histórico- artística por lo que está nombrado Bien de Interés Cultural. 



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