Antoni Gaudí fue un arquitecto que marcó una época en el diseño de edificios modernistas es por ello que muchas personas se basaron en sus obras para crear nuevos lugares y un ejemplo es el Capricho Rillano ubicado en la guadalajareña localidad de Rillo de Gallo.
En 2011 el constructor Juan Antonio Martínez Moreno decide levantarse una casa en Rillo debido a que su mujer es de allí (él es de Prados Redondos, también en Guadalajara) y para ello decidió trabajar como lo hacía Gaudí en su primera etapa, es decir, sin planos y por su cuenta.
De esta manera lo que aquí se observa es una casa de piedra a la que se le añadieron elementos de forja y trencadís como homenaje a la obra de Gaudí. Tras ello se empezó a decorar con ranas, ojos, esfinges, girasoles pero lo que más destaca es una serpiente que cae desde el tejado hasta la calle y que hace referencia a una leyenda que el Licenciado Francisco Núñez recogió en 1732 en la que se contaba que en la cercana dehesa de Villacabras existía una culebra gigante que medía tanto como un hombre.
Una vez terminada en ella sí se observan bastantes reminiscencias al Modernismo y a toda la obra que Gaudí desarrolló, es por ello que se le dio el nombre de Capricho en homenaje al Capricho de Comillas y a él se le empezó a conocer como el Gaudí de la Alcarria.
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