La colegiata de ladrillo

   Iglesias en España hay en multitud y a cada cual más espectacular por las mejoras que han ido sufriendo en su vida.

  Muchas veces las antiguas iglesias se fueron debilitando o quedando pequeñas lo que hacía obligatorio la construcción de otras nuevas y ese es el caso de la Colegiata de San Miguel Arcángel ubicada en la riojana localidad de Alfaro.

  El origen de este templo se sitúa en una primitiva iglesia conocida como de San Miguel de Arriba que estaba en un deplorable estado que amenazaba con su derrumbe y además se había quedado pequeña. Es por ello que el 19 de enero de 1544 los canónigos deciden construir una nueva, Ya el 26 de agosto de 1545 la Diócesis aprueba el proyecto y el 7 de noviembre el Canónigo Miguel Ximénez empieza la búsqueda de sus constructores pero esto se demoró y no sería hasta 1556 cuando se firman las escrituras. Tras ello hay otro retraso y hasta el 26 de noviembre de 1562 no se coloca la primera piedra pero esto no quiere decir que ahí comenzaran las obras ya que hubo varios cambios de diseño que hicieron que se retrasara hasta el 29 de mayo de 1619 tras ser visitada por el Obispo Martín Ferrer.

  De esta manera se ve un exterior totalmente de ladrillo (única colegiata de España construida íntegramente por este material) en estilo barroco aragonés cuyo exterior posee una fachada con un cuerpo central y dos torres en las esquinas de cuatro cuerpos, elevados en degradación, siendo los tres primeros cuadrados con tres pilastras y el cuarto octogonal con ocho pilastras que abren vanos de arcos de medio punto y se remate de chapiteles. En el centro es donde se hallan dos grandes pilastras. que esconden tres arcadas en las que se sitúan tres puertas. 

  De aquí se pasa a un interior de 3.000 m² situado bajo una bóveda de teja y que posee una nave central de nueve arcos de medio punto y dos laterales conformadas por doce capillas de planta rectangular. Todo se completa por un cabecero con tres capillas ornamentadas con cúpulas con frescos y un coro al que se accede a través de una reja barroca de hierro forjado, obra de Sebastián de Medina.

  Actualmente esta colegiata tiene el honor de ser el templo más grande de La Rioja y estar en un gran estado lo que le ha valido ser Monumento Nacional desde 1976.