martes, 13 de septiembre de 2022

La ermita inacabada de Arévalo

   En todas las localidades españolas hay algún tipo de templo donde la gente desarrollaba su vida religiosa.

  España posee una gran cantidad de iglesias de distintas tipologías, templos que a veces en siglos anteriores pertenecían a otros edificios o tenían una mayor importancia y un ejemplo es la ermita de la Lugareja o iglesia de Santa María de Gómez Román ubicada en la abulense localidad de Arévalo.

  La primera vez que se menciona este edificio es en el año 1179 cuando era cabeza del monasterio de Santa María de Gómez Román perteneciente a la Santa orden del Císter y para 1237 los canónigos se lo entregan a monjas de la misma orden siendo ellas la que realmente fundarían este sitio el cual funcionó como cenobio hasta el siglo XVI cuando se trasladan al Palacio Real de Arévalo convirtiéndose así en una ermita.

  De esta manera lo que aquí se ve es un edificio inacabado en estilo románico-mudéjar abulense cuyo exterior se ven tres ábsides con sus tres presbiterios y un cimborrio en el central, de aquí partirían tres naves que nunca se llegaron a levantar. 

  Además su fachada, bastante sobria salvo por arcos, aspilleras y frisos, se articula en dos cuerpos uno liso que corresponde con las pechinas interiores y otro superior algo más ornamentado por una cinta de facetas  y encima siete arcos murales doblados sin alfiz en cada cara que se corona por un friso de facetas cubierta a cuatro aguas. Por último se ve un cerramiento posterior donde iban a ir las naves.

  En su interior se ven los ábsides en hemiciclo completados por tres ventanales con vano de medio punto rodeado por tres roscas de ladrillo. Junto a ellos aparecen los absidiolos bajos y estrechos con una sola ventana. Pero sin duda destaca el cimborrio sujetado por cuatro arcos torales apuntados de doble y triple arquivolta sobre las que se crearon pechinas para soportar un tambor cilíndrico de dieciséis arcos doblados de medio punto de ladrillo siendo abierto los cuatro que se sitúan en los puntos cardinales. Todo se culmina por una cúpula semiesférica.

  Actualmente esta ermita está considerada como una obra maestra del románico-mudéjar abulense a pesar de estar inacabada lo que le ha valido ser restaurada y declarada Monumento Histórico-Artístico a 3 de junio de 1931.





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