Sevilla tiene muchos monumentos icónicos que son conocidos a nivel mundial, lugares que cualquiera que vaya a la ciudad los reconocerá solo mirándolos y uno de ellos es la Torre del Oro la cual fue muy muy importante en el entramado defensivo hispalense.
El origen de esta torre se sitúa entre los años 1220-1221 (617 de la Hégira) cuando el gobernador almohade Abu-l-Ula levanta un sistema defensivo en Ishbīliya que culminaba con una torre albarrana que serviría para proteger el puerto del al-wādi al-kabīr (Guadalquivir). Esta primera construcción constaba de un solo cuerpo unido en forma de polígono de doce lados que se unía mediante un tramo de muralla con la Torre de la Plata por una parte y por la otra con la Torre de Abd el Aziz o Torre de Santo Tomás continuando hasta el Alcázar cerrando así el paso al Arenal.
Ya en el siglo XIV, siendo rey Pedro I de Castilla, se añade el segundo cuerpo el cual es prácticamente idéntico al primero pero con mucha menos estatura y grosor y se remata con un cuerpo superior (cilíndrico coronado en cúpula dorada) levantado en 1760 por el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht tras la rehabilitación de la torre al dañarse durante terremoto de Lisboa de 1755.
De esta manera se observa un cuerpo inferior construido en argamasa, con los ángulos y el basamento reforzados por sillería, en cuyo interior hay una segunda torre hexagonal donde se coloca una escalera que unía cuatro pisos, ahora tres, y se remata en una terraza almenada. El segundo cuerpo es de ladrillo y realmente sería un machón de la torre interior que al salir se convierte en dodecagonal y se decora con con un friso de arcos ciegos lobulados alternados con parejas de arcos túmidos sujetados por columnillas de ladrillo. Sobre ellos aparecen arcos de herradura y se remata con una terraza de la que parte el tercer cuerpo redondo de ladrillo decorado con arquillos ciegos de herradura y lobulados rematado por una cúpula amarilla.
En cuanto a su nombre realmente viene de traducir su nombre en época almohade, "Borg-al-dsayeb" (también se conocía como Bury al-Dahab o Borg al Azahar), denominación con la que también sale nombrada en la "Primera Crónica General de la Estoria de España" de Alfonso X el Sabio. Aunque también se habla de que se llamaría así por haber sido decorada con azulejos dorados como describían cronistas de los siglos XVI y XVII, al no quedar restos no se puede demostrar. Otras fuentes apuntan a su cercanía a la Casa de la Moneda o que en ella se guardara oro traído de América pero no hay ninguna prueba de ello. Por último se hablaba de que en ella Pedro I guardó tesoros (algo totalmente descartado), que era amarilla antiguamente o que se reflejaba el sol en su mezcla de cal y paja dándole color oro.
En cuanto a su historia se sabe que en el siglo XV sirvió como cárcel de nobles, que fue dañada en el Terremoto de Lisboa de 1755 y por ello casi es derribada aunque se decidió salvarla reprándola en 1760 y añadiéndole ese tercer cuerpo. Entre 1821 y 1822 se quitó la coracha que unía la torre al Alcázar dejándola exenta.
Ya en 1870 se cedió a la Marina, institución que quiso derribarla en 1871 al encontrarla inútil pero pudo ser salvada gracias a la Real Academia de San Fernando quien la restauró en 1899. Ya en el siglo XX tuvo que ser intervenida en varias ocasiones y en el XXI se la devuelve todo su esplendor.
Actualmente pertenece en usufructo a la Armada Española y en ella se instaló en los años 40 el Museo Marítimo Torre del Oro. Además desde 1931 es monumento histórico-artístico.
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