Cuando Roma llegó a Hispania trajo con ella su cultura es por ello que podemos encontrar edificios donde daban tributo a alguna de sus deidades u otros seres mitológicos a los que les agradecían algún favor y un ejemplo es el Ninfeo Romano que se ubica en la riojana localidad de Alfaro.
En el 179 a.C. Tiberio Sempronio Graco funda la ciudad de Graccurris (actual Alfaro y primer asentamiento romano del Valle del Ebro) sobre un antiguo poblado celtíbero conocido como Ilurcis. Esto se hace porque era un lugar estratégico al estar en la confluencia de los ríos Alhama y Aragón con el Ebro y porque estaba en un sitio privilegiado para ayudar a conquistar la Meseta gracias precisamente a que esos ríos eran navegables. Además era un sitio en el que podían cosechar debido a sus fértiles tierras siendo su principal cultivo las vides. Bueno todo esto hizo que crearan un sistema hidráulico junto a la calzada que contaba con una presa, un puente y una fuente a la que añadieron un Ninfeo.
Realmente lo que aquí se había era una fuente que llevaba adosado un ninfeo levantado en el siglo II el cual es una construcción religiosa o conmemorativa que se levantó para dar las gracias a las Ninfas del Alhama por el agua que estas les abastecían.
Actualmente de todo ese entramado solo queda en pie la fuente pero es un lugar bastante importante en términos históricos-artísticos para conoce este tipo de rituales por ello en 1981 se decidió declararle Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.
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