Cuando la aristocracia quería pasar ratos de ocio en lugares distintos a donde residían solían construirse palacetes muy bien acondicionados para un mayor disfrute y un ejemplo es el Palacio de la Alfranca o Casa Palafox situado en la zaragozana localidad de Pastriz, dentro de la Reserva Natural del galacho del Alfranca.
El origen de este palacio data del siglo XVIII cuando los marqueses de Ayerbe lo crearon para poder pasar los meses de verano. Para ello pidieron que se ideara una construcción neoclásica de tres pisos.
De esta manera en su exterior se ve que es de planta rectangular que junto a sus tres alturas forman un cubo alrededor del cual se creó el jardín. En la planta baja es donde aparece la puerta sobre la que hay un zócalo precedido por un pórtico saliente cuadrado flanqueado por columnas jónicas de sillar y seis ventanas, tres a cada lado. En el segundo piso una ventana balconada sustituye a la puerta y se repiten la sucesión de ventanas y en el último hay pequeñas ventanas rectangulares y se culmina por un alero de madera sujetado por canes y cubierta de teja curva y a cuatro aguas.
De aquí se pasa a un interior en cuya planta baja se ve un zaguán desde el cual se distribuyen salones, un comedor y dependencias de servicio. Además se encuentra una escalera que lleva al segundo piso donde se hallan los dormitorios y en el tercero se colocaron almacenes y otras dependencias.
En cuanto al resto de su historia se sabe que en él residió el general José Rebolledo de Palafox y Melzi, quien le aporta el segundo nombre, por ello fue aquí donde acudieron los zaragozanos para pedirle que les liderara durante la defensa de Zaragoza contra las tropas napoleónicas en 1808.
Actualmente es un edificio con un gran estado ya que pertenece a Aragón quienes lo utilizan como Centro Internacional del agua y el Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Además se le ha concedido la categoría de Bien de Interés Cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario