Los edificios han ido evolucionando a lo largo de sus años de vida adaptándose a los usos de sus nuevos propietarios. De estos hay muchos ejemplos y uno es el Castillo de Viñuelas, ubicado dentro del término municipal de Madrid, en un sitio llamado Soto de Viñuelas el cual dentro del parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
El origen de este castillo estaría en el 1285 cuando el rey Sancho IV de Castilla dona el monte de Viñuelas a García López de Saavedra y a los hijos de Ruy Sánchez. Ellos serían los que levantaron un primitivo edificio que en en el siglo XIV fue traspasado a Leonor Núñez de Guzmán, amante de Alfonso XI de Castilla. Tras ella lo tomaron la Orden de Santiago e Íñigo López de Mendoza y de la Vega, I Marqués de Santillana, quien lo vinculó al señorío del Real de Manzanares. Su siguiente propietario fue Carlos I que lo vendió a Arias Pardo de Saavedra, mariscal de Castilla, posterior a él pasó por varias mano hasta que recae en la marquesa de Mejorada y de la Breña, ya en el XVIII lo vuelve a adquirir Carlos III y después Carlos IV.
Pues bien el edificio que se ve ahora es gracias a estos tres últimos propietarios ya que iniciaron una serie de reformas que lo transformaron por completo. De esta manera se ve un castillo cuadrado con tres alturas a la que se le añadieron torres cilíndricas almenadas por orden de la marquesa en 1697 y que superan al cuerpo principal en una altura más. En su fachada, además, se ve un escudo y un balcón corrido en la primera planta sujetado por columnas que forman un pórtico. Todo se completa con dos garitas rematadas con chapiteles en los lados. De ahí se pasa a un interior en el que destaca la Sala de Armas.
Del resto de su historia se sabe que en el XIX fue comprado por el duque del Infantado en una subasta hecha por la I República Española. Fue él quien crea un salón gótico a base de una capilla traída del monasterio de San Francisco de Cuéllar, las ventanas que enseñan el apostolado, la crestería del tejado, los escudos con las armas de la Cueva, Mendoza y Toledo, la gran cruz de piedra del exterior. Por último trajo elementos del castillo de Manzanares el Real. También se sabe que en 1939 Diego Méndez lo rehabilita para que sirva como residencia de Franco hasta 1940.
Actualmente es utilizado como lugar de eventos siendo muy solicitado para hacer bodas u otras festividades en su interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario