La religión en España es algo muy arraigado y eso se demuestra en la cantidad de templos que se pueden encontrar en toda su geografía. Muchos son los ejemplos de ellos y uno claro es la Basílica de Santa María la Mayor o Maior de Pontevedra.
Todo comienza sobre un un promontorio desde el que se divisa el paso del río Lérez ya que a su alrededor nació la ciudad de Pontevedra pero no sería hasta el siglo XII cuando se referencia la primitiva iglesia románica de Santa María ya que el rey Fernando II de León decidió que la mitad de las rentas que se producían en ella debían donarse al monasterio benedictino de Poio. Este antiguo templo continuó su labor hasta finales del siglo XIV cuando se ve que está demasiado viejo y pequeño por lo que se derriba para levantar una nueva auspiciada por los arzobispos de Santiago de Compostela Alonso II de Fonseca y Acevedo y Alonso III de Fonseca y Ulloa, fueron ellos ya que Pontevedra no tiene diócesis sino que pertenece a la de Santiago, y sufragada por varias familias nobles como los Barbeito y Padrón, los Mariño de Lobera, los Arango Sotomayor, los Pereira de Castro o los Abreu Araújo, y varias cofradías gremiales destacando do Corpo Santo (acogía a los mareantes y se trata de la entidad civil más antigua de Pontevedra así como el gremio de mar más vetusto de España), de San Mauro (panaderos), San Miguel (marineros matriculados) y de la Santísima Trinidad (sacerdotes). Para su construcción contaron con Juan de los Cuetos y Diego Gil quienes tuvieron la colaboración de Cornielles de Holanda, Mateo López, Sebastián Barros, Domingo Fernándes y Juan Noble para esculturas, pintura y decoración.
Todo esto dio como resultado un exterior en el que se mezclan el gótico tardío con el renacentista ya que siguieron los modelos de planimetría tardogótica, de la tradición hispanoflamenca, a la que le añadieron decoración del Renacimiento inicial. Esto se ve sobre todo en su fachada principal la cual es de estilo plateresco y se atribuye a Cornelis de Holanda y Joao Noble quienes la habrían elaborado hacia el 1541. En ella, en forma de retablo, se observa una puerta en forma de arco de medio punto a la que flanquean San Pedro y San Pablo y sobre ella la Dormición de la Virgen rodeada de otros santos y personajes históricos. Encima de esta imagen aparecen dos medallones en forma de concha de vieiras donde se sitúan dos de los Evangelistas (San Marcos y San Juan) y encima de ellos aparece otra vieira donde están los otros dos evangelistas (San Lucas y San Mateo), todos ellos están representados según la visión de Ezequiel y del Apocalipsis, es decir, esculpidos con un Ángel con San Mateo, un buey con San Lucas, un león con San Marcos y un águila con San Juan. Además flanquean un rosetón en el que se ve un relieve de la Asunción de la Virgen con la Santísima Trinidad (con la peculiaridad de que Jesús está a la izquierda de Dios en vez de la derecha). Por último culmina con un Calvario y las imágenes de Santa María y San Juan. En esta fachada también se pueden encontrar las figuras de los Padres de la Iglesia (San Gregorio Papa, San Jerónimo, San Ambrosio y San Agustín), Teucro (fundador mitológico de Pontevedra), el arcángel San Miguel y Hércules. También hay medallones que podrían contener a Carlos I, Felipe II, Hernán Cortés y Cristóbal Colón. Existe también otra fachada mucho menos elaborada en la que se halla un arco de medio punto, rodeado por una jamba y motivos barrocos, ornamentada por un crucero y un Cristo del Buen Viaje.
De ahí se pasa a un interior de estilos gótico, isabelino y renacentista en el que se ve una planta basilical de tres naves a distintas alturas cubiertas por bóvedas de crucería (terminadas en 1559) y separadas por por ocho columnas. La nave central sería predominantemente renacentista mientras que en las laterales junto a las capillas domina el tardogótico. Todo culmina en un ábside donde se halla el Altar Mayo y un Retablo, ambos creado en 1909 por Maximino Magariños (el retablo sustituye a otro de 1623 que fue destruido a principios del siglo XX), en el cual se representa a la Virgen en su Asunción al Cielo rodeada de seres celestiales y dos relieves que enseñan la Anunciación por el Ángel y la visita de la Virgen a su prima Isabel. Magariños también realizó el púlpito y los catorce cuadros del Viacrucis todos en neogótico.
De su historia también se sabe que en excavaciones se han encontrado enterramientos desde el siglo XII hasta épocas más recientes, destacando una hallada en el 2000 donde hay dos de adultos y un niño. También se conoce que funcionó como iglesia hasta que en 1962 el papa Juan XXIII la elevó en basílica y que tiene el título de Real Santuario. Además se la considera uno de los grandes ejemplos del estilo isabelino en Galicia (esto hizo que el historiador Antonio López Ferreiro, 1837-1910, la nombrase como la perla del arte gallego), que es la iglesia principal de Pontevedra y el monumento más importante de la provincia. Por todo ello está declarada Bien de Interés Cultural desde 1931.
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