En todas las localidades se pueden encontrar palacios que fueron encargados por la nobleza o los reyes para que les sirvieran de vivienda. De estos se pueden encontrar muchos ejemplos y uno de ellos es el palacio de los Reyes de Navarra o de los Duques de Granada de Ega ubicado en la navarra localidad de Estella-Lizarra.
El origen de este palacio se sitúa en el siglo XII, en tiempos del rey Sancho VI de Navarra, cuando se levantó para ser morada de los reyes navarros pero no hay documentación alguna de estos lo habitaran ni de que perteneciera a la Corona sino que se ha ido aceptando esta teoría por la monumentalidad de la construcción, sin embargo, varios especialistas explican que la verdadera morada sería un castillo cuyos restos aún son visibles en la peña que está sobre Estella.
Lo que aquí se observa es un palacio románico que ha sufrido multitud de reformas a lo largo de su historia, sobre todo el interior que está totalmente cambiado y el tercer piso que es un añadido posterior. De esta manera se observa un edificio rectangular con una armoniosa fachada formada por tres cuerpos y dos torreones. En su piso bajo posee galería de cuatro arcos de medio punto que sujetan un segundo piso creado por cuatro grandes ventanales, divididos a su vez por cuatro arquillos apoyados en columnas encapiteladas. Por último aparece el tercer nivel el cual fue levantado en ladrillo en el siglo XVII en forma de ático de sillería con de tres saeteras y flanqueado en las esquinas por dos torreones.
Esta fachada, además, está enmarcada por dos columnas superpuestas ornamentadas con cuatro capiteles, dos vegetales y dos historiados. El primero por la izquierda presenta la lucha entre Roldán, paladín de Carlomagno, contra el gigante musulmán Ferragut justo en el momento en el que Roldán le mata al atacarle en el ombligo, su único punto débil, además en él se ve la inscripción "Pheragut", "Rollan", "Martinus me fecit" y "de Logroño", siendo Martín el creador del capitel. En la columna de la derecha el capitel presenta dos escenas animadas peros in conexión entre ellas ya que una es la fábula del burro que toca un arpa mientras un león sentado le mira y en la otra se representan dos avaros con bolsas de dinero en el cuello y metidos en un cepo de camino a su castigo mientras otros condenados se queman en una caldera vigilada por cuatro diablos. El segundo piso, en cambio, culmina con un tejadillo ornamentado con retícula de rombos sobre canes, pencas, temas vegetales, volutas, lóbulos, puntas de diamantes y un pez.
Del resto de su historia se sabe que funcionó como palacio hasta que el 14 de junio de 1991 se instaló en su interior el Museo Gustavo de Maeztu en el cual se muestran cuadros, acuarelas, litografías y dibujos de este pintor alavés y se realizan exposiciones, cursos, ciclos y conferencias. Además este palacio es una de las construcciones románico-civiles más importantes de España y única que existe en Navarra por lo que fue protegida nombrándola Monumento Nacional en 1931.
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