Melilla es una ciudad en la que se puede encontrar una gran cantidad de edificios modernistas, muchos son los ejemplos que se pueden ver y uno de ellos es la Casa de Vicente Martínez.
El origen de este lugar data de principios del siglo XX cuando lo inicia Lázaro Torres García pero el 7 de noviembre de 1928 decide vendérselo a Vicente Martínez quien consigue retomar las obras en noviembre de 1931. Finalmente en 1932, contando con Adolfo Hernández cómo ebanista, José Palomo cómo cerrajero y diseño de Enrique Nieto, consigue culminarlas. Pero esto no fue lo último que se le hizo ya que en 1943 se levanta una cubierta de cristal paseable con armadura de hierro en el piso principal para ampliar el almacén y la droguería que se instaló en ella. Posteriormente necesitó una rehabilitación llevada a cabo en 1983 por Juan Carlos César Romero y en 2009 por Guillermo Remartínez.
De esta manera se observa un exterior modernista en cuya planta baja,simple, con líneas horizontales y cuatro vanos con arcos de carpanel, hay una droguería con molduras y mobiliario original. Sobre ella aparecen tres plantas, más los cuartillos de la azotea, que servían como vivienda de Vicente y su familia, en ellas hay un exterior de ladrillo macizo, con vigas de hierro y bovedillas. Los pisos superiores se componen de miradores centrales de dos pisos abalaustrados en la principal y adornos calados en la primera y pilastras jónicas con guirnaldas, molduras sobre los dinteles y figuras de ángeles femeninos sobre las pilastras en la segunda. Todo culmina con en una terraza con balaustre.
Actualmente conserva un gran estado ya que sigue funcionando con idéntica función y forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla, Bien de Interés Cultural.
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