Durante sus largos siglos de vida las catedrales han ido evolucionando ya sea porque estuvieran en mal estado o por necesidades de la población y esto último es lo que sucedió con la catedral de la Asunción de El Burgo de Osma ubicada en esta homónima localidad soriana.
El origen de esta catedral data del siglo XII cuando Pedro de Bourges, futuro San Pedro de Osma, restaura la diócesis oxomense (nombre derivado de Uxama Argaela, origen de la actual localidad) y se convierte en su primer obispo (1101-1109). En esta época es cuando decide levantar una primitiva catedral románica, que fue continuada por sus sucesores (Raimundo, Beltrán, Esteban y Juan) hasta completarla a mediados de siglo, que seguramente constaría de tres naves, capillas absidiales, crucero, claustro y sala capitular (de estas dos últimas salas quedan restos). Pero esta primera duró solo unos años ya que con el crecimiento de la ciudad rápidamente se quedó pequeña por ello en 1232 el obispo Juan Díaz de Medina decide tirarla y levantar una nueva sobre este solar y otro antiguamente ocupado por el monasterio benedictino de San Miguel. Su sucesor, Pedro Peñafiel, fue quien le dio un fuerte empujón a la obra ya que a él se le debe la mayoría de la construcción pero no fue el único ya que durante los siglos XIV y XV se hicieron nuevos añadidos y eso se demuestra en los escudos que los obispos iban dejando, como por ejemplo Pedro García de Montoya (1454–1474), Alonso de Fonseca Quijada (1493–1505) o Pedro González de Mendoza.
De esta manera en su exterior se observa una fachada gótica en la que destacan sus tres puertas: San Miguel, Portada de la Capiscolía y portada principal. La de San Miguel es gótica, aunque fue transformada en tiempos posteriores, y se sitúa a los pies de la catedral y se decora con cuatro arquivoltas apuntadas ornamentadas, las dos primera con Bienaventurados y las dos siguientes con los ancianos del Apocalipsis. Además está flanqueada por jambas llenas de hornacinas vacías.
La de Capiscolía se ubica al sur del crucero y es la más sobria ya que solamente tiene un arco apuntado con varias arquivoltas, siendo la más exterior la única decorada.
La Principal es de finales del XIII y en ella vuelve a aparecer arquivoltas apuntadas con Bienaventurados, ancianos de Apocalipsis tocando instrumentos y los animales del Infierno con motivos vegetales. Además tiene un tímpano del siglo XIX con un jarrón de azucenas. Este sustituye a uno anterior que tenía la Coronación de la Virgen, aunque sí se conservan el dintel original de la Dormición de la Virgen rodeada de los doce apóstoles y las jambas llenas de estatuas de Moisés y la Anunciación (izquierda) y la reina de Saba, Salomón y Judit (derecha). Además se divide en dos por un parteluz que representa a Cristo enseñando las llagas de la Pasión. Por último se le añadió un mirador en el siglo XVII el cual, en forma de arco de medio punto, guarda la puerta y posee casetones, un abalaustrada con las armas del obispo Enríquez y encima de él un rosetón calado seguramente del siglo XVIII.
Todo se completa con una torre campanario barroca del siglo XVIII que sustituyó a la gótica ya que se derrumbó por su mal estado. Esta la hizo José de la Calle menos el remate que es de Juan de Sagarbinaga y se compone de dos cuerpos, el primero es sobrio salvo los escudos del obispo Agustín de la Cuadrada, promotor de la obra, y el segundo, para las campanas, tiene frontones, termina con una balaustrada y se remata con linterna, chapitel y pináculo.
De aquí se pasa a un interior de planta basilical de tres naves separadas arquería apuntados y sc cubre con bóvedas de crucería simple. Además contiene un crucero y ábside de cinco capillas (actualmente son tres ya que dos se convirtieron en deambulatorio en el siglo XVIII).
En este interior también se halla una sala capitular rectangular dividida en tres por columnas con capiteles (cuatro de ellos originales del románico, tres decorados con motivos vegetales y uno con la Matanza de los Inocentes) que sujetan la cubierta de bóvedas de crucería. En ella está el Sepulcro de San Pedro de Osma. Un claustro gótico tardío del siglo XVI erigido sobre el románico y cubierto con bóvedas de crucería nervadas.
Todo se completa con capillas (destacan las de San Pedro y la de Santiago), el Altar Mayor con un Retablo de 1550 dedicado a la Virgen y obra de Juan de Juni, Juan de Picardo y Pedro Andrés y el Coro renacentista del siglo XVI. Ya en el siglo XVIII se añaden, en estilo neoclásico, una sacristía en a la cabecera y la Capilla de Palafox o de la Inmaculada (diseñada por Juan de Villanueva y Francisco Sabatini y hecha por Ángel Vicente Ubón pero acabada por Luis Bernaschoni).
Actualmente sigue funcionando como sede episcopal de la diocesis Osma-Soria (junto a la Concatedral de San Pedro en Soria desde 1959) y posee un Museo Catedralicio lleno de pinturas, joyas, ropas... Además es Monumento Histórico Nacional desde 1931.
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