jueves, 16 de marzo de 2023

La capilla que los avatares destruyeron

   En España hay una gran cantidad de patrimonio en buen estado pero también hay otro que no se ha conservado.

  Las ciudades suelen acoger edificios con muchos siglos de antigüedad que se conservan en un gran estado pero hay otros de los que solo quedan restos y eso es lo que pasa con las ruinas de la Capilla de los Benavides ubicada en la jienense localidad de Baeza.

  La carta fundacional de este lugar data de 1538 cuando Diego Valencia de Benavides, segundo hijo de Alfonso de Benavides Manrique, y su mujer Leonor de Guzmán y Mendoza, hija de Juan Alonso Pérez de Guzmán y Afán de Ribera (III duque de Medina Sidonia), deciden levantar un nuevo convento franciscano que también sirviera como monumento funerario, de ahí que también se las conozca como Ruinas de San Francisco ya que realmente son los restos de la Capilla Mayor de la iglesia del convento de San Francisco. Para su construcción contaron con Andrés de Vandelvira y quizá con Esteban Jamete para la decoración.

  Valdevira diseñó el monasterio basándose en la Sacra Capilla de El Salvador que el Secretario de Estado, Francisco de los Cobos, levantó en Úbeda por ello se cree que era casi como una réplica. Para 1546 ya estaba terminada y se supone que era una obra renacentista de 50 metros de altura cuyas bóvedas estaban ricamente decoradas. Pero esto se sabe a ciencia cierta ya que varios infortunios han llevado a verla como está ahora.

  El primero de ellos fue en 1644 cuando se desencaja la clave de uno de los arcos principales de la bóveda  haciendo que surja una gran grieta que amenazaba con derribarla, es por ello que se inician las primeras obras de restauración pero el terremoto de Lisboa de 1755 la vuelve a afectar ya que deja la iglesia muy tocada, algo que obliga al desmontaje de su cúpula para poder reconstruirla. Pero está finalmente nunca se hizo ya que en la invasión francesa esta iglesia es expoliada, seriamente dañada y finalmente convertida en cuadra, quitando de esta manera toda la utilidad y majestuosidad que tuvo en sus inicios pero sin duda su muerte llegó con la desamortización de Mendizabal ya que tras ella lo que quedaba es utilizado como vivienda, taller, mercado, horno y varios oficios más que destruyen lo que restaba.

  Es ya en 1988 cuando se decide salvar lo poco que quedaba y para ello se le añaden una nueva solería y pilares de cemento con entablamento que sujetan una bóveda hecha por arcos de acero, algo que creó una gran polémica ya que no se intentó ni siquiera reconstruirlo a la manera original.

  Es por todo esto que ahora lo que se ve es el lateral del lado del evangelio y tres capillas bajas en forma de bóvedas de casetones y decoradas con los Apóstoles que sujetaban el Altar Mayor. Además conserva un retablo lateral flanqueado por columnas corintias y en el cual se ven tres hornacinas vacías entre otras dos columnas corintias, Sobre ellas hay dos relievas de la Adoración de los Pastores, en el centro hay una posible resurrección de Cristo pero no se sabe, El siguiente piso contiene el escudo de la familia enmarcado por un telón y sujetado por dos personas y culmina con una ventana triple.

  Actualmente el estado de conservación de los restos es bueno gracias a esa restauración de 1988 pero simplemente es un atisbo de lo que en su día fue, hay quien considera que esta podría ser la mejor obra de Valdevira y el modelo a seguir en el Renacimiento andaluz. Aparte de esto en su época fue un lugar muy importante por ello está dentro del grupo Patrimonio de la Humanidad "Conjuntos monumentales renacentistas de Úbeda y Baeza". 



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