Las iglesias han ido siendo modificadas a lo largo de sus años de vida creando cosas completamente distintas.
Durante sus años de vida las iglesias suelen ser modificadas por necesidades que van surgiendo o porque tiene elementos que por el paso del tiempo se han ido deteriorando y hace falta remplazarlos y eso pasa con la iglesia de Santa María de la Oliva (conocida también como Santa María del Conceyu) ubicada en el asturiano concejo de Villaviciosa.
No se sabe con seguridad en que año comenzó su construcción pero sí que debió de ser tras la entraga de la Carta Puebla a la localidad que se realizó el 17 de octubre de 1270 por parte del rey Alfonso X de Castilla ya que esto produjo un gran crecimiento en la localidad lo que hizo necesario la construcción de una nueva iglesia y así no depender de la de Amandi. Una vez levantada se le tuvieron que ir haciendo modificaciones o arreglos según se necesitara es por ello que la cabecera se debió de reconstruir hacia finales del siglo XV. A esto se sumó que en 1658 se le adosa la sacristía de muro sur, obra de Ignacio Cagijal, pero sufre más añadidos como un posible cementerios de los siglos XVII y XVIII, la capilla de la Soledad del siglo XVII o las reformas que Francisco Antonio Muñiz le realizó en 1814 pero sin duda su cambio más drástico se dio tras un incendio ocurrido durante la Guerra Civil que obligó a su restauración a mediados del siglo XX por parte de Luis Menéndez Pidal.
De esta manera se observa un exterior principalmente de estilo Románico tardío levantado con sillares de piedra bien labrados en la que se posee una fachada principal en forma un arco apuntado con cuatro arquivoltas, guardapolvo, imposta y ocho columnas con los fustes y capiteles ornamentados con dameros, rombos y otros elementos. Aquí es donde aparece sus primeros elementos Góticos la clave donde se ubica la Virgen María y que tiene tracería gótica y un rosetón superior. Las otras fachadas se componen de arco de medio punto con guardapolvo, impostas y columnas con capiteles.
En esta fachada también se ubican ventanas bíforas con arquillos de medio punto o apuntados muy ligeramente que decoran con elementos góticos y románicos. En cambio el testero solo ventana tapiada con arco de medio punto sobre columnillas y decoración en zig zag y un rosetón. Todo culmina con un pórtico sobre columnas en el sur (había otro ya desaparecido al norte), una espadaña con las campanas y un tejado a dos aguas.
De aquí se pasa a un interior de planta basilical de una sola nave terminada en una cabecera cuadrada, al estilo de la arquitectura prerrománica asturiana. Esta se separada del ábside por un arco de triunfo apuntado sostenido por impostas y capiteles exentos y se cubre por una armadura de madera. La cabecera se divide en dos tramos, el primero cubierto con una bóveda de cañón apuntado que que llega hasta la capilla donde termina en un arco apuntado de rosca exento y el segundo tiene una bóveda de crucería que tapa el ábside. Todo esto se sujeta mediante contrafuertes que dan sensación de verticalidad.
Actualmente posee un gran estado y representa una de las mejores obras del románico asturiano por lo que está catalogada como Bien de Interés Cultural y forma parte del conjunto Patrimonio de la Humanidad "Monumentos de Oviedo y del Reino de Asturias".
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