Una de las construcciones antiguas que más se encuentra en las localidades españolas son los castillos los cuales se levantaban como fortalezas defensivas o para servir como vivienda. Ejemplos de castillo podemos encontrar muchos y uno de ellos es el castillo de Atzeneta (también llamado el Castellar o el Castell) ubicado en la castellonense localidad de Atzeneta del Maestrat.
El origen de este castillo estaría en alguna época del siglo XIII cuando e construye para integrarse en la demarcación territorial que marcaba el Castillo de Culla, es decir, en el Alto Maestrazgo y se utilizó para cerrar y proteger los pasos del collado de Atzeneta ya que se consideraba el lugar principal de acceso de la población procedente de las sierras de Lucena y los barrancos de "Les Torrocelles" y "Mas d’Avall". Tiempo después, cuando el rey Jaime I de Aragón conquista toda esta zona a los musulmanes decide utilizar este castillo y el de les Coves para intercambiárselo a Blasco de Alagón por Morella. De Blasco fue heredado por a Constanza de Alagón y Guillem de Anglesola, posteriormente a Mergelina de Anglesola y finalmente a Pere de Queralt quien se lo vendió en 1387 a Berenguer March, en ese momento Maestre de la Orden de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama.
Con el tiempo la utilidad del castillo desapareció sumiéndole en un abandono que destruyó gran parte de su construcción. Por ello ahora solamente se puede ver su torre del Homenaje, la cual es gótica de base cuadrada y que contiene portadas en forma de arcos de medio punto, y una hospedería anexa todo levantado con sillares, sillarejo y mampostería.
De ahí se pasa a un interior que conserva arcos apuntados, la escalera y un horno de la época de su construcción. Aquí también algunas pinturas como una que representa a la Inmaculada datada en 1689 y había un retablo de San Juan Bautista del siglo XVIII que ahora se halla en el archivo parroquial. Por último, el entorno del castillo se completa con una ermita dedicada a la Virgen de la Esperanza y los santos Fabián y San Sebastián que antes conservaba un reloj de sol ahora parcialmente desaparecido y un escudo eclesiástico sobre la puerta.
Actualmente los que queda del castillo conserva un gran estado y debido a toda su historia está catalogado como Bien de Interés Cultural.
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