En España existe una gran cantidad de patrimonio proveniente de la Edad Media, construcciones que en muchas ocasiones han llegado en un gran estado y un ejemplo es la Iglesia de San Juan de Bohí o Sant Joan de Boí ubicado Boí, un pueblecito perteneciente al Vall de Boí el cual se sitúa en la ilerdense Comarca de Alta Ribagorza.
La historia de este lugar comienza en el siglo XI siendo su primera cita en el 1079, lo que la comvierte en la iglesia lombarda más antigua de la zona, cuando se levanta para servir como templo para las poblaciones cercanas.
En su exterior se observa un estilo románico de apenas decoración y cuya parte mejor conservada es el absidiolo del Evangelio en el cual se ve un muro de sillarejo tosco rematado por arquillos lombardos sin lesenas. Aquí también hay una torre campanario de tres cuerpos siendo el más bajo de su época y los dos siguientes anexados en el siglo XII pero por alguna razón que se desconoce desaparecieron y tuvieron que reedificarse en el siglo XVIII pero siguiendo la estética original aunque lisos en decoración. Esta torre, además, contiene una puerta de medio punto que permite entrar a su estructura y ver las columnas, parteluz o maineles de los ventanales bíforos lombardos así como subir a las campanas, un lugar que durante la Edad Media también sirvió como atalaya para vigilar todo el Vall.
Este exterior también posee dos puertas de acceso, una al oeste abierta en tiempos más modernos y otra al norte la cual estaba bajo un pórtico ya desaparecido. Pero lo sorprendente de ella es que hay unas pinturas románicas del siglo XI en las que se representa cuatro ángeles sosteniendo un nimbo que mostraría una teofanía en la que podría haber un crismón o un Agnus Dei. A sus lados aparecen otros personajes siendo el mejor conservado un hombre que porta un libro en la mano izquierda. Esta pintura realmente es una reconstrucción ya que las verdaderas se conservan en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).
De ahí se pasa a un interior de planta basilical con tres naves, siendo la central más ancha, que culminan en tres ábsides semicilíndricos escalonados. Estas naves se separan por arcos formeros de perfil semicircular sujetados tres parejas de pilares circulares, menos los cercanos a la cabecera que son rectangulares, en cuatro tramos. Todo se cubre con madera a dos aguas con pizarra menos los ábsides que son bóvedas de cascarón creadas en piedra, aunque la del ábside central es una reconstrucción.
Pero sin duda lo más importante de esta iglesia es su colección de pinturas románicas datadas hacia el 1100. En ellas se pueden ver, al norte, el martirio por lapidación de San Esteban (el primer santo cristiano martirizado), en el hastial está el Juicio Final, juglares, un joven tocándose los genitales (unos siglos más tarde fue censurado raspándole su sexo), y un gran bestiario en los intradós en el que mezclan animales reales con imaginarios. De nuevo estas pinturas son réplicas ya que las originales están también en el MNAC, donde también se guardan cuatro tallas pertenecientes a un Descendimiento.
Actualmente está en un gran estado y es una gran muestra del estilo lombardo del siglo XI en Cataluña por lo que está nombrada Monumento Histórico-Artístico y pertenece al conjunto Patrimonio de la Humanidad "Iglesias románicas catalanas de Vall del Boí".
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