En la localidad turolense de Albarracín se creó un gran sistema defensivo en el cual las torres tenían una gran importancia gracias a que desde ellas de podía ver desde lejos. Dentro de este tipo de construcciones la Torre del Andador es la que se situaba a más altura.
En el siglo X, cuando Aben Razin aún estaba en manos musulmanas, se erigieron una serie de medidas defensivas para evitar ataques y es en esa fecha cuando se levanta la torre del Andador en el punto más alto de la localidad. En un principio se erige como torre albarrana exenta de las murallas pero ya en el siglo XI se integra en ellas cerrando por completo a la ciudad.
En cuanto a su arquitectura se observa una torre cuadrada de estilo califal que se defendía por un foso excavado en la piedra. Además uno de sus ángulos daba al acantilado dificultando cualquier ataque. En su interior es donde se situaba la tropa y en él hay un aljibe que hace suponer que esta estaba allí de forma permanente. Para su acceso se creó una puerta que miraba hacia la localidad y que se sitúa a media altura, también cuenta con otra que está ras de suelo y se cree que se abrió cuando perdió su carácter defensivo.
Esta torre en su época formaba un triángulo defensivo junto con el Alcázar y la Torre de la Muela pero con el tiempo esta función se pierde quedando abandonada. Aún así conserva un gran aspecto lo que le ha valido ser declarada monumento nacional junto con el resto del conjunto de fortificaciones de la localidad y formar parte del Conjunto Histórico-Monumental de la Ciudad de Albarracín.
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