La torre conquense multicambiada

   Las torres son parte de la historia de las ciudades por ello podemos encontrar muchas en un gran estado de conservación.

  Las torres de vigilancia fueron uno de los sistemas defensivos más importantes de las ciudades por ello podemos encontrar muchas a lo largo de las ciudades y un ejemplo de ello es la Torre de Mangana de Cuenca.

  El origen de esta torre se sitúa en el antiguo alcázar musulmán ya se levantó para servirle como torre de vigilancia. Tras la conquista de la ciudad por parte de Alfonso VIII de Castilla esta zona se convirtió primero en una morería y posteriormente en una judería lo que hizo que la torre pasara a convertirse en la atalaya de una antigua sinagoga que luego se transformaría en la iglesia cristiana de Santa María.

  De esta primitiva torre no se sabe la fecha de construcción pero por algunos dibujos se conoce que para 1510 ya servía como reloj y que en 1532 contaba con una cruz y una veleta en su piso superior, una obra llevada a cabo por el rejero Esteban Limosín, que para 1565 ya no estaban como demuestra un dibujo de Antón Wyngaerde.

  La siguiente restauración de la torre data del siglo XVI cuando Juan Andrea Rodi le hace pequeñas obras pero que no modifican apenas su apariencia. Otro suceso que la dañó fue la caída de un rayo a finales del XVIII y la llegada de los franceses lo que le ocasionó varios daños que fueron reparados por Mateo López.

  Ya a finales del XIX desaparece la iglesia y en 1926 se le hace una nueva obra llevada a cabo por Fernando Alcántara en la cual se elimina el chapitel y en estilo neomudéjar se puso en su hueco un cuerpo cuadrado de campanas cubierto con un cupulín. Además se revisten las paredes con motivos islámicos y almenas escalonadas, Pero esta no sería su última obra ya que en 1970, con proyecto de Víctor Caballero, se encastilla la torre y se le da un carácter fortificado y defensivo como lo tuvo en origen para ello creó un matacán que remató sin tejado.

  Actualmente conserva un gran estado y su nueva imagen una gran fragilidad y esbeltez que la han convertido en uno de los monumentos más visitados de Cuenca. además cuenta con la categoría de Bien de Interés Cultural desde 2001 y sirve como mirador.