A veces de algunos edificios solo quedan restos que permiten ver en parte como eran en su máximo esplendor.
Muchas son las construcciones que con el paso del tiempo han ido modificándose para adaptarse a nuevos usos, e n cambio hay otros edificios que desaparecieron en parte, es decir, algún trozo de ellos sobrevivió y un ejemplo de ello es la Torre del Clavero de Salamanca.
Se trata de un construcción levantada entre 1480 y 1490 para servir como torre defensiva de una casa o palacio civil que habría sido ordenada erigir por Francisco de Sotomayor, señor de Baños y Clavero Mayor de la Orden de Alcántara, de ahí vendría su nombre pero hay muchas dudas que fuera él su dueño ya que hay otras fuentes que apuntan a Fray Diego de Anaya, quien fuera comendador de la Orden hacia 1470, y hay una última tesis que se lo achaca a Diego García de Chaves, sobrino del arzobispo Anaya.
Poco tiempo después de su levantamiento los Reyes Católicos ordenaron la destrucción de todas las fortificaciones de Salamanca para aplacar a su violenta nobleza pero por alguna causas la torre se salvó y para ello vuelve a haber dos teorías ya que una explicaría que no se hizo por su belleza mientras que la otra apunta a que como su dueño era el clavero de la Orden de Alcántara habría sido indultada.
Sea como sea lo que aquí se observa es una torre gótica de 28 metros de altura cuya base es cuadrada, fabricada con sillería en talud, que se va convirtiendo en octogonal, hecho en mampostería, y culmina con grandes garitones en los que se alternan las armas de los Sotomayor y Anaya, creando así la duda de quien la ordenó. Estos garitones son de la época de Felipe II, son cilíndricos e imitan la cestería y cierran con capacetes.
Del resto de su historia se sabe que para 1771 fue restaurada por orden de García Golfín del Águila y en 1943 su último dueño, Alfonso Pérez de Guzmán, se la cede al Ayuntamiento. Es ahí cuando pasa a ser pública y durante un tiempo acogió la sede del Museo Municipal pero ahora, en sus cuatro niveles, hay oficinas de la Diputación Provincial.
Aparte de esto de ella se cuentan dos leyendas. Una explica que en su interior habita un fantasma negro que salía por las noches para matar a los caballeros del bando de Doña María la Brava ya que eran enemigos de los propietarios de la torre. La otra dice que en su interior vivía Leonor, la hija del dueño, quien estaba enamorada de Ramiro, heredero del señor de las Cuatro Torres. Pero había un problema y es que las familias estaban enfrentadas.
Una noche Leonor escapó lanzando un cordón a la calle y huyó con Ramiro hasta su fortaleza. Una vez allí se casaron pero durante el banquete apareció el padre de Leonor quien en venganza fue a acabar con su hija y lo logró llevándose también a Ramiro.
La familia de Ramiro juró venganza y al día siguiente se encontró con la de Leonor en la Plaza del Corrillo, pero cuando se disponían a luchar apareció una procesión proveniente de la iglesia de San Adrián, donde se estaba celebrando el funeral por Leonor, y otra de la iglesia de Santa Eulalia, donde se preparaba el de Ramiro. Una vez se juntaron ambas Fray Juan de Sahagún comenzó un discurso que consiguió acabar con los años de disputa de ambas familias.
Actualmente sigue conservando un gran estado y gracias a su historia y belleza está catalogada como Bien de Interés Cultural a 03 de junio de 1931.
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