Durante la Edad Media se levantaron multitud de castillos que aún perduran en nuestros días mostrando como eran.
Durante los años que los musulmanes permanecieron en la Península se levantaron multitud de fortalezas que luego fueron reutilizadas por los cristianos cuando tomaron el territorio. Muchos son los ejemplos de este tipo de construcciones y uno de ellos es el Castillo de Biar ubicado en la homónima localidad alicantina.
El origen de este castillo se sitúa en el siglo XII cuando fue levantado por los musulmanes que controlaban ese territorio pero no sería hasta la época del rey Jaime I de Aragón cuando toma relevancia ya que se queda como castillo fronterizo entre Castilla y el Reino de Valencia tras la firma del Tratado de Almizra del 26 de marzo de 1244 por el cual Jaime I de Aragón y el infante Alfonso de Castilla (futuro Alfonso X) delimitaron las fronteras del reino de Valencia. Aunque el castillo realmente no fue conquistado hasta 1245.
Debido a esto el castillo fue ocupado por varios alcaides que lo mantuvieron en buen estado y listo por si hubiera que defenderlo ya que las incursiones musulmanas contra él fueron una constante, especialmente las lideradas por el caudillo Mohammad Abu Abdallah Ben Hudzäil al Sähuir (Al-Azraq, el de los ojos azules).
La función de este castillo cesó en la Edad Moderna por lo que fue abandonado utilizándose sus instalaciones como cementerio algo que no evitó su constante declive hasta sus restauraciones en varios momentos de los siglos XX y XXI.
De esta manera se observa un castillo de mampostería y tapial dividido en dos partes. La primera es el recinto amurallado conformado por cuatro torres semicirculares en cada esquina unidas por lienzos con almenas. La segunda es el castillo propiamente dicho el cual está creado por cuatro estructuras cúbicas más la torre del Homenaje (original del siglo XII y de planta cuadrada con tres niveles. La planta baja se cubre con bóveda de vuelta de cañón mientras que la segunda y tercera lo hace con bóveda nervada almohade). Todo se completa con varios elementos defensivos.
En cuanto a su interior originalmente se estructuraba a través de un patio central del que parten las estancias del alcaide y su familia, y las habitaciones de la guarnición. Ya en el siglo XV un documento lo describe a la perfección explicando que también poseía un pajar, un palacio nuevo para el gobernador, despensa, cocina, horno, establo, comedor y una iglesia advocada a Santa María Magdalena y Santa Quiteria. Todo presidido por la Torre Maestra que servía para guardar armas y pertrechos. En este interior, más concretamente en el palacio, destaca una cúpula almohade del siglo XII, algo muy raro en los edificios militares y además es una de las más antiguas que se conocen.
Actualmente presenta un gran estado, es uno de los mayores atractivos de Biar, está catalogado como Bien de Interés Cultural y Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional y forma parte de la Ruta de los Castillos del Vinalopó, la comarca a la que pertenece (Alto Vinalopó).
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