Cuando una ciudad va creciendo se le van añadiendo nuevas construcciones para los habitantes y entre ellos había edificios religiosos. Muchos son los ejemplos y uno de ellos es la Capilla de Santiago de Melilla.
Levantada entre el Túnel de Santa Ana y la Puerta de Santa Ana, dentro del Primer Recinto Fortificado de Melilla la Vieja, el origen de esta capilla se sitúa en 1551 cuando fue erigida por Miguel de Perea y Sancho de Escalante para ser un espacio religioso y de salvaguarda. En su exterior se observa una fachada gótica, única construcción de este estilo en continente africano, muy sobria levantada con piedra de cantería. En ella se sitúa la Puerta de Santiago donde está el escudo de Carlos I, tras ella aparece otro acceso con una imagen de Santiago a caballo que da paso a su interior. Aquí se ve que es de planta cuadrada cubierta con una bóveda de nervaduras en terceletes.
Ya en 1654 Pedro de Palacios la reedificó y le añadió un altar con una imagen de Santiago traída desde la Iglesia de la Purísima Concepción.
Actualmente presenta un gran aspecto y forma parte del Conjunto Histórico Artístico de la Ciudad de Melilla, un Bien de Interés Cultural.
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