El cuartel del abuelo de Galdós

   Todos los territorios contaban con cuarteles en los que se alojaban las tropas que vigilaban un territorio en peligro.

  Durante mucho tiempo el territorio español ha corrido peligro de ser atacado, por ello se crearon edificios donde alojar a las tropas que debían proteger esos lugares y un ejemplo de ello es el Cuartel de Caballería de El Colmenar ubicado en la canaria localidad de Valsequillo de Gran Canaria.

  El origen de este edificio data del siglo XV cuando las tropas castellanas llegaron al Barranco de San Miguel donde batallaron contra el guerrero aborigen Tecén. Cuando le vencieron ese lugar tomó el nombre de Sepultura del Colmenar y sirvió para que los conquistadores se establecieran. Ya a finales del siglo XVI o principios del XVII es cuando se crea un nuevo cuartel que toma el nombre de Colmenar, aunque hay fuentes que lo sitúan en 1530. Este nuevo destacamento serviría para alojar a tropas de caballería.

  De esta manera se levantaron varias construcciones de estilo rural tradicional en las cuales el edificio principal tiene forma de "U" con un muro trasero que da a una huerta y engloba un "Patio de Armas" de dos niveles. Al segundo se sube mediante dos escaleras laterales y hay una galería corrida sobre pilares sencillos y barandilla de madera que sujetan un techo a dos aguas con tejas árabes. Este patio también contiene los accesos a las dos alas.

  La derecha es la que se utilizaba para los caballos ya que dormían en la planta baja y sobre ellos los soldados mientras que en la izquierda guardaban los suministros y se alojaban los mandos.

  Como curiosidad saber que en este cuartel sirvió como Comandante de Armas de Milicias el Subteniente Antonio Pérez Gutiérrez, un hombre que tuvo un hijo en una casa colindante. Este niño creció y se convirtió, aparte de Teniente Coronel del Cuerpo de Granaderos, Capitán de las Milicias Canarias, Gobernador Interino del Castillo de El Risco, y Comandante de la Guarnición de la Isla, en el padre de Benito Pérez Galdós.

  Del resto de su historia se sabe que funcionó hasta la década de los 30 del siglo XX momento que queda abandonado hasta ahora. Es por esto que no presenta el mejor de los estados pero para protegerlo se le ha nombrado Bien de Interés Cultural.