En muchas localidades se construyeron castillos que servían para proteger la ciudad y al lado de ellos se solía levantar alguna iglesia que sirviera para dar culto a la población y eso es lo que pasa con la Iglesia Prioral de Nuestra Señora del Mayor Dolor de la onubense localidad de Aracena.
En lo alto de una montaña de la antigua ciudad musulmana de Qatrasana se levantó en época califal un núcleo poblacional que se amplió ya cuando la zona era una taifa, es decir, los siglos X y XI. Esta aldea posteriormente fue tomada por los almohades entre siglos XII y XIII hasta que fueron expulsados por la Orden del Hospital que en ese momento servía a Portugal. Pues bien, ellos levantaron un castillo que tras el tratado de Alcañices pasó a manos de Castilla, concretamente al Concejo de Sevilla como Tierra de Realengo. La cosa es que de este castillo apenas quedan restos pero lo que sí sigue en pie es la iglesia que se construyó a su lado.
El origen de este templo se sitúa en el siglo XIII cuando se levantó tras la conquista cristiana de Aracena y continuó sus obras hasta el XIV. Aunque en el XV y siglos posteriores se le añadieron algunos elementos nuevos que le dan su aspecto actual.
Lo que aquí se observa es una iglesia cuya fachada está levantada en estilo gótico mudéjar, de influencia sevillana, cuyos muros se erigieron con mampostería con verdugadas de ladrillo. En este exterior también tres portadas siendo la más antigua la que da acceso a la Epístola. Esta se forma con arquivoltas apuntadas y baquetonadas que se sujetan en jambas de arista abocelada y se completa con un guardapolvo con puntas de diamante. Las otras dos son posteriores y una está cobijada bajo un pórtico de vanos apuntados y la otra tiene un remate conopial tardogótico.
Todo se completa con una torre anexa la cual se decora con un mural mudéjar de ascendencia almohade, al estilo de la giralda de Sevilla, siendo su parte baja dos arcos ojivales angrelados sobre ménsulas y parteluz central, los dos siguientes niveles presentan paños de sebka y culmina en una terraza almenada.
De ahí se pasa a un interior de tres naves a igual altura (cubiertas con bóvedas nervadas de esquema estrellado), crucero, coro a los pies y ábside poligonal pegado a un camarín barroco.
Esta iglesia es la más antigua de Aracena y a su vez la más emblemática. Además presenta un gran aspecto lo que le ha permitido ser Bien de Interés Cultural.
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