La gente cuando enfermaba necesitaba de lugares donde poder reposar y curarse de todos los males que les aquejaban.
Desde los inicios de la humanidad las enfermedades y las heridas es algo que ha acompañado a las poblaciones, por ello era necesario la creación de lugares donde tratarlos y un ejemplo de ello es el Real Hospital de la Purísima Concepción de la abulense localidad de Madrigal de las Altas Torres.
La historia de este hospital data de 1433 cuando la reina María de Aragón, primera mujer del rey Juan II de Castilla y madre de Enrique IV, ordena la venta de dos hospitales anteriores que no cumplían ya con su función y con el dinero recaudado levantar uno nuevo que sirviera para atender a pobres y desamparados.
Este hospital se trata de un edificio gótico cuya fachada principal muestra un pórtico con columnas de granito dóricas y dos niveles arquitrabados en cuya planta baja hay dos blasones en los capiteles y en la superior se remata con escudos dispuestos en ángulos. Todo se completa con una balaustrada en la terraza.
De ahí se pasa a un interior organizado entorno a un patio central cuadrado recorrido por dos galerías, culminadas en 1698. La baja se trata de un banco corrido con columnas de granito y zapatas de madera mientras que la superior presenta una balaustrada de madera. Es aquí donde se halla una escalera que da acceso a las estancias o enfermerías cubiertas por crujías y artesonado simple de madera. Ya en el siglo XVIII se añadió una capilla de dos cuerpos con espadaña barroca de ladrillo en cuyo interior, de una sola nave con planta de cruz latina, se guarda la imagen del Santísimo Cristo de las Injurias (gótico del siglo XV, hecho en madera policromada y ubicado en un retablo churrigueresco).
Desde su construcción el hospital contó con una capacidad para 25 enfermos y un servicio de urgencias. De esta manera continuó hasta principios del siglo XIX cuando comenzó su declive, aunque su vida como hospital finalizó en 1943 quedando abandonado. Diez años después abrió como comedor de niños pobres hasta que en los años 80 se rehabilitó para transformarlo en escuela-taller. Para ello se le construyó una biblioteca, salas de exposiciones y otros actos culturales.
Actualmente funciona como Casa de Cultura de la Villa de Madrigal, sede del Museo Mexomexicano Vasco de Quiroga y el centro de interpretación de la naturaleza. Además desde el 23 de febrero de 1983 es monumento historio artístico.
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